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Subject: EZ,First speech of Delegado Zero in Uay Ja, Yucatan,Jan 18
Date: Wed, 1 Feb 2006 06:56:21 +0100

Enlace Zapatista

18 de enero del 2006
Primera intervencio'n del delegado Zero con adherentes en Uay Ja, Yucata'n
(18/ene/06)

Segu'n cuentan nuestros antiguos -y lo cuento asi', porque estamos en tierra
maya y nuestros pueblos indios son de ascendencia maya-. Contaban nuestros
ma's antiguos, los ancianos que cuentan y cuidan la historia de nuestros
pueblos, que los primeros dioses cuando nacen el mundo, lo nacen cantando y
que de esa forma los pueblos mayas y sus descendientes empezaron a darle a
la palabra un valor especial. La palabra teni'a la capacidad de inventar
cosas, de hacerlas que aparecieran.

Y que desde entonces, en tanto que descendientes de los mayas, los
zapatistas habi'amos agarrado el modo que pensa'bamos que cuando habla'bamos
una cosa, en ese momento empezaba a existir.

Y deci'an que por eso los mayas y las lenguas de ascendencia maya hablan como
cantadito, que por eso el mundo habi'a salido cabal con muchas figuras y
muchos colores, porque habi'a sido producto del canto de los dioses primeros
y que como herencia que le daban a los hombres y mujeres de mai'z estaba el
tono que muchas veces provoca burlas y risas en la gente que no entiende
cua'l es este origen. Este modo cantado, de cantar al mundo y de dibujarlo,
es el que daba la se~al a nuestros ma's antiguos de co'mo iba el mundo.

Llego' lo que llego' despue's del alzamiento, despue's de todo lo que paso': el
dia'logo traicionado por los gobiernos, y nuestros antiguos empezaron a mirar
el mundo, lo que estaba pasando, tratando de ensayar otra palabra, otro
color para agregarlo a los que ya existi'an. Y se dieron cuenta que estaba
pasando esto que deci'a de modo mejor todavi'a una de las compa~eras que
hablo', que lo que estaba pasando en el sistema que vivimos es que como que
nos esta'n desdibujando. Como si hubieran aplicado un borrador que empezara a
quitar los colores y las figuras.

Alla', nuestros compa~eros y compa~eras que son los que nos
dirigen -indi'genas todos, cien por ciento mayas y mexicanos- de alguna forma
se dan cuenta de que esta' pasando esto en el mundo, que algo ocurre con los
dibujos, con las figuras y los colores y dicen: "algo esta' pasando con la
palabra en el mundo, tenemos que buscarla otra vez a ver que' esta'
ocurriendo. Sentimos que hay dolor en esa palabra y hay otra cosa que no
alcanzamos a descifrar, pero algo tenemos que hacer porque en el momento en
que se borren las figuras y los colores del mundo va a quedar uno solo: el
no color -el gris dicen alla'-, que va a pintar todo y ese es el color de la
soledad que nos va a ser heredada a cada uno de nosotros".

Y como indi'genas que somos, y como mayas, senti'amos el deber de que no
podi'amos entregar a la siguiente generacio'n un mundo gris si habi'amos
recibido de nuestros antepasados un mundo de colores. Empezamos a escuchar y
a tocar por otros lados, fue la marcha del color indi'gena y aprendimos
nosotros -desde que esta'bamos en las monta~as- no so'lo a escuchar los
sonidos, sino tambie'n a escuchar los silencios. La Marcha por la Dignidad
Indi'gena, si la recuerdan en 2001, recorrio' una parte del pai's y logro'
concertar el apoyo de millones de mexicanos y de cientos de miles en todo el
mundo. Pero era el formato este de que se poni'a un templete, habi'a un acto,
llega'bamos nosotros, habla'bamos, nos baja'bamos y al siguiente lugar.

Cuando nosotros regresamos a las monta~as del sureste mexicano e informamos
a nuestros jefes lo que habi'a pasado, pues no solo dijimos que habi'a mucha
gente y que habi'a mucho apoyo -no sabi'amos todavi'a que iba a ser la
traicio'n, aunque nuestros jefes ya estaban sintiendo este cambio en el
dibujo y en el color que se estaba borrando en el mundo-, pero deci'amos que
habi'amos escuchado un silencio muy pesado, abajo. Abajo, en el sentido de
que nosotros nos subi'amos en un templete y habi'a mucha gente abajo. Que no
sabi'amos todavi'a interpretar ese silencio, pero que senti'amos que algo habi'a
quedado pendiente en esa marcha; como si en el suelo hubie'ramos trazado una
raya o una huella y nuestro mismo paso hubiera hecho que nos die'ramos cuenta
que debajo de lo aparente, habi'a algo ma's abajo.

Vino la traicio'n de los acuerdos de San Andre's, de los partidos poli'ticos
del PRI, del PAN, del PRD. No hay que cansarse de repetirlo, porque en
tiempo electoral la desmemoria habita alla' arriba. Y entonces empezamos a
hacer, a pensar y a hablar, lo que ahora estamos haciendo.

Y en el momento en que lo empezamos a nombrar, empezamos a hacer como si
existiera, y empezamos a preparar lo que i'bamos a hacer ahora, que es lo que
estamos haciendo en este momento. Hicimos ahora si' que nuestro pensamiento,
nos miramos hacia nosotros mismos y empezamos a detectar dentro de nosotros
mismos este dolor y a buscar la causa del dolor, que es el que hemos estado
escuchando en todo Chiapas, en todo Quintana Roo, y ahora empezamos a
escuchar ya en Yucata'n.

El dolor y la rabia de diferentes lugares, de diferentes formas y que
voltean a ver por que' es ese dolor, quie'n es el responsable, quie'n lo causa,
y encuentra un causante y un responsable que es un sistema: el sistema
capitalista. Nosotros sentimos que estamos aqui' porque no estamos pensando
que es una persona el responsable de que estemos asi', y porque hemos
afrontado este problema del destino y el azar, que nos dice que si tu' como
eres homosexual eres perseguido, es por que esta's en el pecado y te esta'
castigando Dios; por eso te da el SIDA, por andar por otro lado. Al obrero,
por algo que a de haber hecho, es el destino, Dios esta' repartiendo -como si
no tuviera nada que hacer- desgracias entre la mayori'a y riquezas y
felicidades en una peque~a minori'a.

Y habra' gente que piensa asi' -no esta' en la Sexta ni esta' en la Otra
Campa~a-, y habra' gente que dice que ese dolor y ese coraje que se siente y
esa impotencia tienen un responsable terrenal, material, que vive en un lado
exactamente y que no esta' ma's alla' de los cielos y que hay que pedir
cuentas.

Y empieza este suma y resta que hacemos en las monta~as, el hacer cuentas
que decimos nosotros, para ver quie'n y co'mo se queda con las cosas, quie'n y
co'mo esta' debiendo, quie'n y co'mo paga y cua'ndo. Y encontramos esto que
llamamos el sistema capitalista y encontramos que no es justo, que no es
bueno y, sobretodo, que tiene que cambiar.

El lugar del destino es el lugar de la resignacio'n, de quedarse sentado, del
no hay nada que hacer, del ya otro decidio' por mi'; sea Dios, sea un partido
poli'tico, sea un presidente de la repu'blica, sea un gobernador, un
presidente municipal, sea un li'der corrupto: otro decide por nosotros. Ese
es el destino con diferentes caras y le pueden poner colores de religiones o
colores de partidos poli'ticos.

Y como nace el mundo, segu'n nosotros, es producto del azar, del canto que va
improvisando y avanzando y creando notas y colores y dibujos y figuras en
ese mundo. Nosotros dijimos que habi'a que optar entre el destino y el azar.
Y escogimos el azar. Y vimos el riesgo de que teni'amos que hablar esto de
una forma nueva y que no sabi'amos co'mo.  ?Co'mo podi'amos explicarle a la 
gente
que tanto tiempo nos habi'a apoyado, como ustedes, como compa~eros de otros
pai'ses -que no eran como nosotros pero eran parte de nosotros por esta
historia comu'n que compartimos-, co'mo podi'amos decirles que i'bamos a seguir
luchando por los pueblos indios, pero ya no so'lo por los pueblos indios?

Porque habi'amos encontrado un responsable de eso y un responsable de los
silencios que habi'amos ido escuchando a lo largo de esa marcha y a lo largo
de los doce a~os en que, gente como ustedes y otros como ustedes de otras
partes de Me'xico y del mundo, habi'an llegado a nuestras comunidades a hablar
con nosotros. Si iban a pensar que habi'amos volteado de camino, que habi'amos
abandonado nuestra lucha, o si iban a llegar a entender lo que dice la Sexta
Declaracio'n: que no se puede lograr para los pueblos indios nada que no se
logre tambie'n para los obreros, para los campesinos, para los jo'venes, para
las mujeres, para los estudiantes, los homosexuales, las lesbianas, y el
gran etce'tera de dolor y de rabia que hay en este pai's. Porque si algo esta'
uniendo todo esto es un nombre que es un "Me'xico" y cada quien le pone el
apellido de su dolor: Me'xico obrero, Me'xico mujer, Me'xico joven, Me'xico
maestro, Me'xico estudiante, Me'xico indi'gena.

Y siempre abajo el mismo dolor y siempre arriba la misma burla, la misma
humillacio'n y el mismo desprecio que ahora, al fin, nos unifica. Ya no
importa si eres moreno, o si eres indi'gena; puedes ser blanco, rubio y, si
eres pobre, te despreciamos y te hacemos a un lado. Esta' el muro este -que
deci'a Wendy- que se esta' levantando en la frontera norte y que esta'n
levantando en todos y cada uno de los lugares donde vivimos: a veces es un
muro que perfectamente se puede tocar, a veces es un hotel, a veces es un
centro turi'stico, a veces es el silencio de una autoridad, a veces es la
pared de una ca'rcel, a veces es la loza de un cementerio. Y eso es lo que se
esta' recetando para cada uno de nosotros. Y nosotros -y me refiero a todos,
no nada ma's al EZLN-, en este caso nosotros la Otra de Yucata'n, llegamos a
la conclusio'n de que no es el destino el que nos puso ahi'; es un sistema y
que ese sistema se puede enfrentar y se puede derrotar, si nos organizamos.

Y esta' el problema este de la organizacio'n, porque les digo que a la hora
que soltamos la palabra, empezamos a ver que ya empieza a existir. Y si
decimos un mundo nuevo, ya lo empezamos a ver y empezamos a decidir do'nde
van a estar las calles, las casas, do'nde va a estar la cancha de ba'squetbol
o la de fu'tbol, que' partidos se van a jugar, quie'n va a ganar, quie'n va a
perder. Todo empezamos a hacer y empezamos a caminar como si ese fuera
nuestro destino claro.

Deci'amos, entonces, a nuestros compa~eros " ?co'mo le explicamos a toda esta
gente que se hizo nuestra hermana en estos 12 a~os y co'mo le vamos a hacer
para decirle que queremos ser compa~eros y compa~eras, que no es lo mismo?".
Se discutio', porque siempre cuando se va a hacer un aviso importante se
escoge el modo en que se habla, por este valor que se le da a la palabra; se
afila, se pule, se le da una forma y se suelta.

Y estaba el problema de co'mo i'bamos a explicar la Sexta Declaracio'n, despue's
de la Quinta, de la Cuarta, de la Tercera, de la Segunda, y de la Primera,
que son estilos diferentes. No sabi'amos por do'nde; les digo claro porque ese
era mi trabajo y ensayaba una y otra redaccio'n, la presentaba, la
rechazaban, y otra vuelta. Y vuelta y vuelta hasta que les dije "no, pues de
plano, no se' por do'nde, si' entiendo el problema, entiendo que' tenemos que
decir y entiendo a quie'n se lo tenemos que decir, pero no hallo el modo".

Ya los compa~eros como son de por si', pues dejaron que me desesperara un
rato y ya que estaba al borde de la histeria me dijeron: "habla como
hablamos nosotros". Si alguien pregunta  ?que' fue lo que se consulto' en la
alerta roja de junio del 2005?  ?que' fue lo que el EZLN le estaba preguntando
a los pueblos? La respuesta esta' en la Sexta Declaracio'n de la Selva
Lacandona. Explica'bamos que' somos, do'nde esta'bamos, y que' queri'amos, y
esta'bamos preguntando  ?co'mo lo vamos a hacer? Pero en la Sexta Declaracio'n
que ustedes conocen ya veni'a el resultado. La pregunta teni'a tres opciones,
dos sabi'amos hacerlas ya y una no: una opcio'n era la guerra otra vez, volver
a pelear, sabemos hacerlo porque ya lo habi'amos hecho una vez y sabemos lo
que la guerra significa de exclusio'n para todo aquel que no esta' armado, la
guerra es, sobre todo, un hecho de exclusio'n; la cosa ma's absurda e idiota
que hay en el mundo, para decirlo claro. Podi'amos hacerlo, teni'amos la
capacidad de desarrollar enfrentamientos y de sobrevivir. Porque este
desgaste del mundo, que en ustedes significa bajos salarios o bajo nivel
educativo o tener ti'tulos de educacio'n y no poder trabajar en ninguno de
ellos; el desprecio por ser jo'venes, por vestirse de una forma, por traer un
arete en la oreja o en la nariz o por traer un tatuaje en donde ustedes
quisieran, por oi'r un tipo de mu'sica; las mujeres perseguidas y
hostigadas -por lo que fuera ya- valoradas segu'n un modelo fi'sico, no segu'n
su trabajo, su inteligencia, su capacidad de discusio'n; los ni~os
despreciados -todos, no importa de que' nivel-; los ancianos desechados como
un vaso desechable, ya que usamos, a la basura; los indi'genas vueltos otra
vez a ser despreciados, como si no hubiera habido 1994, como si no hubiera
habido un gran movimiento, como si no tuvie'ramos memoria.

La otra opcio'n era resistir, quedarnos callados, dejar que pasara el tiempo
y a ver que' quieren las elecciones y a ver si entiende, a ver que' hace la
gente: esperar como esta'bamos hasta entonces. Si la guerra era un mecanismo
de exclusio'n que dejaba fuera a muchos como espectadores o como vi'ctimas, el
resistir significaba que toda esa gente que queri'amos teni'a que seguir yendo
alla' a vernos y a ayudarnos y segui'amos siendo los que recibi'amos y segui'a
siempre pendiente la correspondencia: el de aqui' para alla', como deci'amos
nosotros.

Si no queremos hacer un movimiento excluyente como la guerra, si no podemos
repetir la historia de ayu'dennos a sobrevivir -en este caso a resistir- como
un si'mbolo, la tercera opcio'n era otra cosa. La gran mayori'a, la inmensa
mayori'a -estoy hablando de decenas de miles de indi'genas zapatistas- decidio'
que otra cosa. Y cuando dijimos otra cosa, asi' se puso, queri'a decir que
so'lo teni'a que quedar lo ma's general y que la definicio'n de esa palabra y de
ese color teni'a que ser otra cosa. Y si hasta entonces en las cinco
declaraciones anteriores deci'amos "hay que hacer esto", "e'chenos la mano",
"ayu'denos", "apo'yenos" o "e'ntrenle", o lo que sea, la Sexta Declaracio'n
teni'a que invitar a otros como nosotros, pero ya no solo indi'genas, ni so'lo
por la lucha indi'gena, a darle ese color y esa figura. Ese es
fundamentalmente el sentido de la sexta.

Yo creo que todos los que esta'n aqui' que son adherentes contestaron si' a la
pregunta de si hay un lugar para mi' en este movimiento, pero todos de una u
otra forma se esta'n preguntando hacia do'nde va. Yo tambie'n, nosotros
tambie'n. Nosotros pensamos que este movimiento que esta' juntando tantas
fuerzas, tantos dolores y rebeldi'as disi'mbolas como las que hay aqui',
diferentes y que, adema's, la Sexta Declaracio'n le esta' diciendo "mante'n esa
diferencia, esa distincio'n en este color, no dejes que te hegemonicen y no
construyamos un movimiento homoge'neo",  ?co'mo va a ser posible que se
construya algo?

Segu'n nosotros, sobre los presupuestos ba'sicos de la responsabilidad de
nuestro dolor en un sistema, el capitalista, y sobre la necesidad de
transformarlo desde el pensamiento de la izquierda -no para volver atra's el
reloj de la historia, sino para construir algo nuevo-, cada quien va a jalar
por su lado. Como se ha visto aqui': los culturalosos o musiqueros -les
decimos nosotros, con respeto por supuesto- para ese lado; los jo'venes para
otro lado; las mujeres para otro lado; la tercera edad para otro lado; los
indi'genas para otro lado. Y cada quien va a entender que la Otra Campa~a es
un movimiento que va hacia su necesidad. Entonces -no se si aqui' sea
groseri'a- pues se ve que va a ser un desmadre no, puro relajo.

Pero nosotros pensamos que lo que se esta'n tensando son movimientos de
fuerzas y que va a salir de todas esas fuerzas un movimiento hacia otra
cosa. Y que esa otra cosa es mejor, mucho mejor que cualquier partido
poli'tico y que su resultante va a ser un pai's, si no perfecto, mucho mejor
que el que tenemos. Es esa resultante la que tenemos que construir, por eso
no les estamos pidiendo que dejen sus organizaciones y se pasen a otras,
mante'nganla; el que es individuo, mante'ngase como individuo y defienda eso.
Porque lo fundamental lo tiene aqui', el que es un grupo social mante'ngase
ahi', los pueblos indios como pueblos indios, los mestizo como mestizos, las
mujeres como mujeres.

Porque nosotros estamos reconociendo que no esta'n llegando a un movimiento
vaci'os de historia, que cada quien tiene su historia personal, de lucha, de
creencia, de compromiso religioso o lo que sea, y sobre esa historia
encuentra un punto comu'n con otras historias. Eso lo que hace que tantos
caminos que van diferentes agarren un cause y empiecen a andar en una
direccio'n -esa si' se' para do'nde-: es a la izquierda y en contra del
capitalismo. Eso es lo que estamos construyendo.

En algunos momentos se plantea esto del acompa~amiento. Y si hay una lucha
acompa~e'mosla, pero no es mi destino ni es mi camino. Acompa~emos la lucha
de los pueblos indios por sus derechos, es una lucha justa, noble, hay que
acompa~arla, pero "yo no soy indio" dira' alguien. Entonces, una cosa es el
acompa~amiento donde uno esta' ayudando pero "yo no voy para alla'" y otra
cosa es construir un camino donde nos acompa~emos mutuamente, pero ambos
dos, tres, cuatro, los que seamos, vamos hacia el mismo destino. Y vamos a
encontrar en ese destino la solucio'n -como tambie'n ya lo explicaba un
compa~ero- de la u'nica forma que se puede encontrar: lo que tengo, lo que
soy es producto de mi fuerza, de mi lucha, nada me regalaron -como explicaba
tambie'n la compa~era-.

Y ese ma~ana que estamos construyendo, que es muy otro decimos nosotros, es
producto de este punto de encuentro y es producto tambie'n de que en este
punto de encuentro nadie renuncie a su diferencia, a lo que le da identidad,
a su lucha y a sus demandas. La Otra Campa~a no puede decirle a alguien que
su lucha no es importante, que es ma's importante la otra. De la misma forma,
nosotros decimos que la Otra Campa~a no le debe decir a alguien "tu' no eres
importante porque eres una persona", "es ma's importante esta organizacio'n
que tiene mucha gente en muchas partes del pai's".

Si la Otra Campa~a no aprende a respetarse a si' misma, que es el principio
ba'sico de la dignidad, entones se va a convertir en un partido poli'tico. No
se' que' destino peor se le puede decir a la Otra Campa~a que se convierta en
un partido poli'tico, porque es un movimiento.

Entonces, lo que tiene que hacer la Otra Campa~a -por eso lo propusimos asi'-
es, primero, tiene que aprender a escucharse a si' misma; cada quien tiene
que saberse escuchado, respetado, porque so'lo podemos construir el respeto
si conocemos a alguien. Entonces, ya sabemos que tal se llama tal, pero eso
lo podemos encontrar en el directorio telefo'nico. Pero su historia, que' lo
trajo aqui', porque' esta' en esta reunio'n, porque' esta' pendiente de lo que
paso' en Chiapas o lo que paso' en Quintana Roo: esa historia de lucha es la
que nos hace conocernos y respetarnos. Si no, vamos a ser como todos los
dema's: "a ver sus credenciales de electores, sus nu'meros, se apuntan aqui',
agarren su gorra o su foto del sub firmada, y nos vemos el 3 de julio a ver
que' nos toco'". No, no se trata de eso, se trata de que nos vamos a conocer.
Y si sabemos que' es el EZLN, el EZNL esta' diciendo "bueno, yo quiero saber
quie'nes son ustedes". Si alguien les pregunta a que' vino Marcos a Yucata'n,
ustedes tienen que decirles la verdad: Marcos vino a aprender, de nosotros
los yucatecos. Y vino a ser un escalo'n -en lo que deci'a el compa~ero y luego
la compa~era-, en efecto, la Otra Campa~a se trata de hablar con la gente de
abajo, que no esta' aqui' la mayori'a, hay unos cuantos. Hay mucha gente que
esta' desviada por la televisio'n, por el patro'n, por la iglesia o por lo que
ustedes quieran, que tiene mucho que decir, mucha historia de lucha y
rebeldi'a que tenemos que escuchar y mucho que aprender.

Eso es lo que nos propusimos nosotros. Y en lugar de llegar a buscar hablar
directamente con ellos, nosotros dijimos  ?tenemos compas en Yucata'n?
"Suponemos que si' -ahora lo estamos viendo- que nos ense~en". Que nos
ense~en el modo de Yucata'n los compas indi'genas, los compas maestros, los
compas jo'venes, las compas mujeres, los compas de las comunidades
eclesiales, de cada lado, que nos ense~en el modo y vamos juntos con ellos.
La primera etapa de la Otra Campa~a, en e'sta que estoy yo, es -para decirlo
con el ejemplo de los que estudian educacio'n-: nos venimos a inscribir con
ustedes. Nos estamos comprometiendo y a eso vine en esta primera reunio'n a
ser buenos alumnos -ojala' no agarre muchos taches-.

Creemos que lo que hicimos desde hace 22 a~os en Chiapas, dice que ma's o
menos somos alumnos medianos. Creemos que podemos ser mejores con ustedes.
No venimos a decirles vamos a hacerle por aqui', al reve's, que ustedes nos
digan, nos expliquen, con paciencia, porque como decimos en cada lado es
primera vuelta que venimos a Yucata'n. Volvemos a venir en septiembre ya ma's
tiempo, no tres di'as, sino semanas o meses, segu'n. Y ya no venimos solos,
sino que ya vienen compa~eros y compa~eras de la comandancia del EZLN. No a
actos de masas -bueno, si hay que hacerlos pues se hacen para apoyar a un
movimiento-, sino a ir ya -no a que vengan a un lugar a reunirse- sino a ir
ya a hablar con la gente, de la mano de ustedes, de la voz de ustedes y, por
favor, del oi'do de ustedes. Porque si vamos a ir a hablar con la gente y
ahora si' que agarran el micro'fono y no lo sueltan, pues entonces no vamos a
poder escuchar lo otro o nos va a costar ma's trabajo, porque vamos a tener
que hacer lo otro que si' sabemos hacer que es escuchar el silencio de ese
otro compa al que le dijimos que i'bamos a escuchar y no escuchemos.

En esta primera etapa, aprendamos a escuchar al otro y a encontrarnos. Que
la Otra en Yucata'n se conozca entre si' y de ahi' empiece a nacer el respeto.
Viera que lo hacen bien, no hay problema; viera que no, en octubre venimos y
yo los presento a ustedes con ustedes mismos. Porque yo llevo su apunte, la
grabacio'n y lo que encuentro de sus historias y a lo mejor yo consigo
presentar a este compa~ero con esta compa~era y, a lo mejor, vivieron todo
el tiempo aqui' en Yucata'n -incluso en Me'rida- y vino alguien del sureste
mexicano a presentarlos unos con otros. No es necesario, tienen los espacios
para hacerlo, la voluntad, porque sabemos que no es broma venir a vernos;
corren riesgos en su trabajo, en los medios de comunicacio'n -les afecta el
hi'gado de estar oyendo las estupideces que esta'n diciendo en la radio y en
la televisio'n- o pueden recibir amenazas como nos platico' el compa de
Campeche lo que le ocurrio' alla' en Chiapas.

La decisio'n, como decimos nosotros, ya la tomaron en el momento que se
adhirieron. Era la decisio'n fundamental, no importa si tuvieron miedo o no,
porque si no lo tuvieron, bien y si lo tuvieron, lo controlaron -como
decimos nosotros- porque a nosotros lo que nos sobra, adema's de ganas de
luchar, es miedo; lo que pasa es que agarramos la ma~a de no mostrarnos, por
eso usamos el pasamonta~as para que no se vea la cara de terror que nos da
andar en esto.

Entonces, esto es lo que les venimos a decir en esta primera palabra,
compa~eros. De'nse chance a hablar sin pena; hagan de cuenta que las ca'maras,
los micro'fonos no existen. En realidad todos esos esta'n buscando una
declaracio'n sobre el PRI, sobre el PAN, sobre el PRD. Habra' o no habra',
segu'n otras cosas. Pero esta reunio'n es importante para que entre todos
sepan quie'n es cada quien y, sin dejar de ser lo que es, aprenda a conocerse
y por lo tanto a respetarse.

Si logramos construir eso en Yucata'n y en cada uno de los otros 31 estados,
vamos a construir el movimiento ma's chingo'n que ha conocido este pai's,
modestia aparte. Y no lo vamos a hacer nada ma's nosotros, ni que si fue el
Marcos o no fue; lo va a hacer este compa, el otro de alla', la compa~era de
alla'. Aqui' todos van a decir: "nosotros estamos construyendo esto". Primero,
porque empezamos por conocernos entre nosotros mismos. Y, asi' como nos esta'n
diciendo, aprendamos a escucharnos, aprendamos a decir nuestra historia y a
pedir que nos escuchen, correspondamos con el oi'do, no so'lo en Yucata'n; hay
que escuchar todo lo que dijeron los compa~eros en Quintana Roo, lo que van
a decir en Campeche, en Tabasco, en Veracruz y en Oaxaca -por lo pronto esa
es la tarea de enero- y luego seguira'n los otros estados hasta junio. Si se
les va el apunte o se les va la luz o el Internet y todo, al final vamos a
hacer un informe de lo que vi yo, pero se trata de que todos estos
compa~eros que trabajan en los medios alternativos o como la radio que tiene
aqui' Indymedia -esta' sacando todo eso al di'a-, a lo mejor da flojera -chin!
no vamos a oir todo eso!-, pero cre'anme que es mejor que cualquier
telenovela y no digo la televisora porque. ahi' le hablan joven.

Bueno, compa~eros, ahorita vamos a parar un rato. Ahi' lo vean si me van a
dar la inscripcio'n, no traigo paga. Porque preguntaba una compa~era que
cua'nto estaba costando la Otra Campa~a al pueblo de Me'xico: pues los
movimientos en los vehi'culos, hay compa~eros de organizaciones en Chiapas
que son los que nos esta'n llevando que pagan la gasolina; comemos lo que nos
da la gente donde llegamos, a veces saben cocinar, a veces no saben cocinar,
pero traemos para la diarrea, el vo'mito y todo eso. No estamos pagando un
quinto en publicidad, por eso la molestia de algunos medios de comunicacio'n.

Y a lo mejor salen bien o mal los actos pu'blicos, en realidad, no es nuestra
prioridad, nuestra prioridad son ustedes, escucharlos a ustedes. Y, al
final, las cuentas que tengo yo que entregar no es cua'ntas masas se
congregaron, sino cua'ntos compa~eros conocimos en los seis meses; ahorita
llevo un buen tanto de Yucata'n. Esperamos que va ha haber ma's y ma's cuando
venimos otra vez de vuelta. Gracias compa~eros, gracias compa~eras.


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