> Carlos Quintero: Frente al derrumbe de La Tertulia, qué se puede decir! Desde hace mucho tiempo el Museo es una obsenidad. La gestión burocrática deja mucho qué desear y la falta de iniciativas y de gestión son más que evidentes. Un derrumbe de tierras similar se presentó hace ya dos años y fue una triste premonición a lo que acontece institucionalmente hoy. Lo chistoso de todo, para lo que sí ha servido María Paula Álvarez es para aumentar injustificadamente el personal administrativo del Museo, de una institución que tuvo que cerrar después del 41 SNA por falta de pago de servicios públicos. Situación que se subsanó por la intervención de la alcaldía que "contrató" unos talleres para maestros dictados por estudiantes de artes y las exposiciones Da Vinci y Bodies (que si no fuera por el alcalde y a pesar de las justificadas críticas, ni de riesgos pasarían por Cali. No ha sido un interés del Museo). Recuerdo que hace muchos años Gloria Delgado dirijía el museo con el apoyo de los pocos empleados que aún hoy permanecen y resisten una (di)gestión obtusa, por decir lo menos. Hoy hay asesores de los asesores, un administrador que no administra un tinto, un departamento de restauración desaparecido, una colección feriada en raras subastas. No sé qué hace María Paula Álvarez en La Tertulia, mas que acabar con una institución, casi la única que tiene una historia relevante y una importancia para las artes de la ciudad. Y lo peor, hasta cuando nos vamos a aguantar a tan nefasta señora a cargo del poco patrimonio artístico de la ciudad. Y, si La Tertulia es una corporación privada, no será hora que pensemos en un museo de la ciudad, en un museo para y de los artistas, en un museo público? Que la señora Álvarez, sus amigos y sus secuaces paguen de su bolsillo el lujo y gusto de despilfarrar el patrimonio de la ciudad.
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