Lindo, pero desinformado el ensayito [Sociedad de los Artistas versus la FGAA].

Lindo por la manera en que busca convencer a sus lectores de que todo es lindo, 
porque es lindo. Y, desinformado, por lo mismo.

A pesar de eso (o por lo mismo, quién sabe), vale la pena extraer algunos pocos 
elementos de allí, para pensar que fue útil el tiempo invertido en su lectura.

Por ejemplo, muy sugerente pero errada la afirmación de que formular 
acusaciones desde un ámbito de discusión le resta credibilidad al mismo. Por el 
contrario, ¡eso es lo que precisamente aumenta su interés! Y, para el caso de 
textos como el que hoy me inspira, dicho interés sirve para convencer a los 
demás sobre algo. Creo que ése es uno de los principios de la esfera pública.

Ahora bien, si trasladamos esa perspectiva al caso de, por ejemplo, una platica 
"desaparecida", que "alguien" descuidadamente tomó de una entidad pública, 
alguna persona del mundo podría preguntarse, mientras está haciendo cualquier 
cosa: "¿existe algún comunicado de esa entidad donde se diga algo al respecto?"

Por supuesto que cuando un anónimo habla como representante ad honorem de dicha 
entidad, bien podría suponerse que ese anónimo sabe cosas que luego difundirá 
como argumentos, y ese no es el problema (o bueno, sí es un problema, pero para 
esa persona: ella (o él) sabrá con quién se mete).

Retomando, otra cosa muy distinta sucede cuando esa entidad no dice nada, con 
lo que dificulta saber qué sucede en su interior. Y ese también es, creo, otro 
de los principios de la esfera pública: se habla sobre las actuaciones de una 
institución que no habla (porque no quiere o porque no puede), siguiendo la 
creencia de que su silencio es una expresión de arrogancia. Ese silencio 
funciona como un arma que se vuelve contra la institución: si no habla, 
entonces quizá sea porque tiene algo sobre lo que no debe (o no puede) hablar. 
Y peor si es un ventrílocuo quien asume su vocería: se da la idea de que la 
institución es falta de madurez.

Resulta interesante el punto donde se afirma el carácter público de esa 
institución y la manera en que se defiende que las prácticas nepotistas que 
allá se ejercen son un asuntillo menor, que no requiere mayores análisis. 
Entonces, lo que se deriva es lo siguiente: se es entidad pública en un sentido 
y se actúa como entidad privada en otro. ¡Eso sí es saber administrar!

Además, en alguna parte del ensayito éste se habla sobre el "eventual 
nepotismo" de esa institución. Hay que recordarle al ventrílocuo que esa 
institución tiene el nombre de un tipo, que la esposa del tipo mandó allí 
durante años y ahora mismo, una hija de ese tipo es la dueña de la misma. ¿Eso 
es eventual? Si eso es eventual, puesÂ…

En una cosa tiene razón el autor del ensayito: si entre quienes opinan sobre 
esa institución me encuentro yo, y una de mis labores profesionales es la 
educación universitaria, seguramente transmitiré en mis opiniones las ideas que 
tengo sobre la actividad política de la principal entidad que gerencia los 
recursos para artes visuales de la ciudad. En ese sentido, cuando escribo y 
firmo una opinión relacionada con esa institución, creo hacerlo a nombre 
propio. Ignoro si donde trabajo piensan lo mismo. Ojala, pero no lo creo. Me 
gusta la idea de Think Tank que pretende articular el autor del ensayito, pero 
no, la cosa no da para tanto.

El mencionado consenso sobre la "arbitrariedad" presente en algún sector del 
campo artístico respecto al diseño de la reforma de la cultura tiene que ver 
simplemente con el hecho de que se le hubiera dado tanto protagonismo (y 
dinero) a una Fundación en cuyo nombre está presente una figura que coqueteó en 
serio con el fascismo. De esta forma, si el ventrílocuo cree saber tanto sobre 
la rebelión que causó la reforma de la cultura entre algunos sectores 
culturales de la ciudad, bien haría en preguntarles a sus amiguetes de la 
Fundación con nombre de político fascista qué fue lo que sucedió con la 
comunidad de personas vinculadas con el teatro, cuando se les dijo que la 
gerencia de arte dramático también quedaría bajo el problemático amparo de la 
Fundación Alzate Avendaño.

Bueno, ya para terminar es bonita la imagen que el autor del texto nos da sobre 
algunos migrantes ilegales en la frontera –habla de sangre, incluso-, pero más 
allá de la floritura no se sabe muy bien hacia dónde apunta. Por lo tanto, como 
conclusión se podría decir, en ventriloqués, que "la FGAA está en contra de la 
CA, sin importarle mucho sus AP, ni sus IDP, así como tampoco los EI donde se 
ST las decisiones que afectan su LS."

Guillermo Vanegas

participación relacionada >

Sociedad de los Artistas versus la FGAA
http://esferapublica.org/nfblog/?p=10713

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