Los efectos del Efecto ANECA: la producción española en Comunicación en el SSCI
Pere Masip Miembro de ThinkEPI Facultat de Comunicació. Universitat Ramon Llull En el último número de 2010 de El Profesional de la Información, Torres-Salinas et al. [1] ofrecen una valiosa propuesta de clasificación integrada de revistas cientÃficas especializadas en Ciencias Sociales y Humanas. Como los propios autores apuntan, el principal objetivo de la herramienta es permitir la obtención de indicadores bibliométricos sobre la calidad de las publicaciones para distintos niveles de agregación. Su consolidación ofrecerÃa a los investigadores un recurso unificado al que atenerse a la hora de decidir en qué revistas publicar en aras a obtener el reconocimiento de las agencias de evaluación. En el área de la Comunicación, en la que nos centramos a lo largo de esta nota, tanto ANECA [2] como CNEAI [3], asà como las diversas agencias autonómicas, priorizan y privilegian en el proceso de evaluación los artÃculos publicados en las revistas incluidas en el Social Science Citation Index (SSCI). Si bien también pueden valorarse los artÃculos aparecidos en revistas listadas en otras bases de datos nacionales o internacionales, como ERIH, IN-RECS, LATINDEX, SCOPUS, DICE-CINDOC, el peso asignado del SSCI es abrumador. A través de los criterios y principios de evaluación establecidos, las agencias de evaluación se han convertido en autenticas vedettes del sistema universitario español y condicionan de forma más o menos consciente la investigación que se realiza. Jaume Soriano [4] denomina Efecto Aneca a la influencia que los procedimientos de acreditación y evaluación cientÃficos oficiales tienen en la investigación española. En opinión de Soriano, la comunidad académica ha modificado la forma de difundir los resultados de su actividad investigadora y los jóvenes investigadores trazan sus carreras sobre objetos de estudio que mejor se ajusten a los criterios definidos por las agencias. El (re)surgir de las revistas cientÃficas de comunicación Los investigadores planifican su actividad en base a esos criterios. Si las agencias priorizan inequÃvocamente la difusión de los resultados, y entre ellos muy especialmente la publicación en revistas, publÃquese en revistas. Para los investigadores es mucho más rentable publicar un artÃculo que publicar un libro. Aún con todo, a aquellos que todavÃa se atreven a intentarlo, les espera un segundo reto que afrontar, encontrar una editorial que los acoja. La mayorÃa evitan publicar monografÃas fruto de resultados de investigación alegando la falta de mercado para este tipo de trabajos. Prefieren manuales y trabajos de divulgación que puedan convertirse en lecturas obligatorias. Las que aceptan el desafÃo, con frecuencia, lo hacer pertrechadas de la sólida red de seguridad que constituye el compromiso del autor de comprar en bloque varias decenas de ejemplares o, directamente, el pago de su edición. La alternativa a las editoriales comerciales, las universitarias, han sido tradicionalmente ninguneadas. Un libro publicado por una editorial vinculada a un centro universitario no era valorado por algunas agencias ni por la CNEAI. La discriminación se mantuvo hasta diciembre de 2009, fecha en que se publicaron los nuevos criterios de evaluación y se equiparaban las editoriales universitarias con las comerciales. Sin lugar a dudas, las grandes beneficiadas de los criterios de evaluación han sido las revistas cientÃficas. Los tÃtulos se han multiplicado y han trabajado para mejorar la calidad, cuando menos la formal. En la última actualización de IN-RECS [5] -de diciembre de 2010 y que incluye el Ãndice de impacto de 2009- en el área de Comunicación se incluyen ya 23 tÃtulos, 2 más que en la edición de 2008 y 6 más que en 2000. A ellos se les podrÃan añadir otras publicaciones, algunas de larga tradición como Quaderns del CAC y otras de aparición más reciente, como Textual & Visual Media, Miguel Hernández Communication Journal, Revista Mediterránea de Comunicación o Fonseca Journal of Communication, entre otras. Una cifra nada desdeñable, pero que en opinión de algunos todavÃa insuficiente en la medida que âtoda facultad ha de tener, como mÃnimo, una cabecera (â¦), para evitar la endogamia editorialâ [sic] [6]. Una afirmación que contrasta con la escasa incidencia de algunos tÃtulos, tal como se desprende de IN-RECS o como concluyen algunos estudios [7]. A pesar del impulso de la revistas, es significativo que ninguna de las que se publican en el ámbito de la comunicación sea una iniciativa comercial. La mayorÃa son editadas por universidades, algunas por asociaciones cientÃficas o fundaciones, y no faltan las que pueden catalogarse abiertamente de auténticas iniciativas personales. Aunque, como veremos a continuación, las revistas españolas en comunicación han realizado grandes avances desde el punto de vista cualitativo, la aparición de iniciativas comerciales, similares a la de El Profesional de la Información en el ámbito de la BiblioteconomÃa y la Documentación, contribuirÃa a la profesionalización del sector, a erradicar algunas prácticas poco recomendables y a aumentar el nivel de los artÃculos. La carrera por mejorar el factor de impacto y atraer más y mejores artÃculos ha tenido sus efectos en las revistas. Los editores están cada vez más preocupados por cumplir los criterios de calidad de catálogos como Latindex o DICE y mejorar su FI en IN-RECS. Como los grandes cocineros cuando se otorgan las estrellas Michelin, están pendientes de las actualizaciones de los Ãndices de impacto [6] y algunos no dudan de poner en marcha verdaderas estrategias de ingenierÃa que faciliten la obtención de un mayor Ãndice de impacto [9]. Algunas revistas dirigieron su mirada al Social Science Citation Index y ahora empiezan a recoger los primeros frutos. En 2 años se ha pasado de no disponer de ninguna revista española, ni en una lengua distinta al inglés, en el área de Comunicación del Social Science Citation Index a poder encontrar hasta 3. Primer fue Comunicar (FI 2009: 0,0022) y ahora Comunicación y Sociedad y Estudios sobre el Mensaje PeriodÃstico. De las 67 publicaciones que constituyen el Journal List de Comunicación del SSCI, España aporta 3, las mismas que los PaÃses Bajos y sólo superada por los Estados Unidos (29) y Gran Bretaña (28). Alemania, Australia, Eslovenia y Suiza contribuyen con 1 tÃtulo cada uno [10]. La internacionalización de la investigación española en comunicación Daniel Jones [11] denunciaba que la producción española era excesiva, repetitiva y con escasa proyección internacional. Ciertamente, la presencia de autores españoles en revistas internacionales ha sido limitada [12, 13]. Entre 1994 i 2004 la contribución española en las publicaciones de Comunicación del SSCI se reducÃa a 43 artÃculos. España se situaba en la octava posición del ranking europeo, superada por paÃses como Francia (48 artÃculos publicados), Bélgica (56), Finlandia (64), Suecia (69), Alemania (186), PaÃses Bajos (201) y Gran Bretaña (681). En el contexto mundial, se ubicaba en el dieciseisavo lugar [13]. El promedio anual era de 3,9 artÃculos por año, siendo 1997 el año más prolÃfico, con 7, seguido por 1998 y 2000 con 6. Public Understanding of Science fue la publicación que acogió más artÃculos, con 6; seguida con 4 artÃculos por European Journal of Communication, Javnost-The Public, Public Relations Review y Telecommunications Policy. En total, 16 de los 35 tÃtulos que constituÃan la muestra publicaron algún artÃculo con la participación de al menos un autor vinculado a una institución española. Las cifras obtenidas en 2005 para el periodo 1994-2004 han sido recientemente actualizadas [14] y muestran un cambio de tendencia que no puede desvincularse del Efecto ANECA. Entre 2005 i 2009 la aportación española a las publicaciones de la sección de Comunicación del SSCI [15] ascendió a 64 artÃculos, 28 de los cuales en 2009. Esto es, un incremento del 166% respecto al perÃodo 2000-2004 y del 237% para el 1994-1999. Este incremento se traduce también en un importante salto en la clasificación de naciones europeas más productivas. España asciende hasta la cuarta posición, solo superada por Alemania (105 artÃculos), los PaÃses Bajos (171) y Gran Bretaña (327). En términos relativos, la contribución española supone ahora el 6,36% de la aportación europea al SSCI, muy por encima del 2,6% del perÃodo anterior. Las revistas preferidas para publicar son similares a las apuntadas más arriba: Public Opinion Review (15 artÃculos), Telecommunications Policy (12), Public Understanding of Science (4); a las que hay que sumar: Journal of Advertising (4) y Discourse & Society (4). En total 17 de las 35 revistas analizadas acogen artÃculos de autores españoles. A modo de reflexión inicial Más allá de la discusión sobre la bondad o no del sistema de evaluación de las enseñanzas superiores, las actividades docentes y de investigación del profesorado universitario que se ha instaurado en España, lo cierto es que este modelo ha incidido inequÃvocamente en los diversos actores que intervienen en la investigación. En primer lugar, obviamente, en los propios investigadores que pueden condicionar su actividad a los criterios de evaluación utilizados por las agencias. Por ejemplo, es sabido que algunas revistas prefieren ciertas aproximaciones metodológicas y que según qué temas son más difÃciles de âcolocarâ en revistas indexadas en el SSCI que otros. Si se quiere publicar en esos tÃtulos, el investigador tendrá que adecuar sus trabajos a esos requisitos, la mayor parte de las veces no escritos, pero conocidos por todos los que trabajan en el área. Conscientes del valor que las agencias atribuyen a los artÃculos de carácter internacional, en particular del SSCI, los autores parecen haberse volcado en esas revistas. Ello tiene ventajas: evaluaciones positivas, potencial mayor visibilidad de la investigación y los autores españoles, etc.; aunque no faltan consecuencias menos favorables. Giménez y Alcain [7] apuntan, por ejemplo, que el peso asignado a las revistas ISI hace que los autores tiendan a publicar en esas revistas trabajos sin que sean el destino más oportuno. Ello se producirÃa en detrimento de las cabeceras españolas, más adecuadas para aceptar investigaciones que abordan temas de carácter local. Es también bien conocido el alcance parcial y el sesgo geográfico y lingüÃstico del SSCI [8], el ámbito de la comunicación no es una excepción. La edición de 2009 incluye, por ejemplo, 3 revistas especÃficas de publicidad (Journal of Advertising, International Journal of Advertising y Journal of Advertising Reseach), 2 de comunicación para la salud (Communication Health y Journal of Health Communication), o de comunicación cientÃfica (Public Understanding of Science y Science Communication), pero una sola dedicada inequÃvocamente al periodismo: Journalism & Mass Communication Quarterly, con marcado acento norteamericano [16]. No incluye por ejemplo, las 3 revistas que, con toda seguridad, se pueden considerar de referencia en periodismo: Journalism Studies (Routledge), Journalism Practice (Routledge) y Journalism: Theory, Practice & Criticism (Sage). Este déficit de revistas de periodismo puede condicionar la estrategia de publicación de los autores de la disciplina. Por un lado, se ven perjudicados por no encontrar tÃtulos de su materia en el SSCI y, por otro, presionados por los criterios de las agencias, pueden mandar originales a revistas incluidas en el SSCI pero que no constituyen el ânúcleo duroâ de la especialidad, lo que puede dificultar la visibilidad de esos artÃculos entre los investigadores del área [17]. Además de los autores, las revistas también se han visto condicionadas, y en su caso también beneficiadas, por el nuevo rol otorgado por las agencias de evaluación. Indudablemente, las revistas españolas han realizado un esfuerzo por cumplir los criterios de calidad y la mejora es sin duda sustancial, pero en general todavÃa adolecen de un amateurismo poco acorde con las exigencias de un sistema que las ha convertido en el centro gravitacional. El número de artÃculos publicados por las revistas españolas de comunicación aumenta año tras año [9], si bien parece identificarse un grupo bien definido de revistas que concentran las preferencias de los autores tanto a la hora de publicar como de citar [7, 9]. Giménez y Alcain subrayan los riesgos de este sistema. Por un lado, revistas españolas se ven privadas de artÃculos de calidad al preferir sus autores remitirlas a las revistas del SSCI, mientras que en España las consideradas mejores aumentaran sus tasas de rechazo y algunas se verán condenadas a la desaparición al no recibir originales suficientes. Cierto que estas últimas pueden acabar nutriéndose de los trabajos rechazados por las primeras, pero los más que pausados ritmos de revisión y publicación adoptados por algunas revistas consideradas âbuenasâ condenan a la obsolescencia investigaciones antes de su publicación. Por último, no puede pasarse por alto la presencia de los autores españoles en las revistas del SSCI. Los criterios de evaluación sin duda han obligado a los investigadores en comunicación a mirar al exterior. De tener una presencia poco más que testimonial, se ha pasado a que España sea el 4 paÃs europeo más productivo. Y cabe esperar que ese peso aumenté en los próximos años gracias a la incorporación de 3 publicaciones españolas al SSCI. Desde la óptica de los procesos de evaluación, a los investigadores españoles les será más fácil publicar en las revistas que priorizan las agencias de acreditación. Otra cosa distinta será ver si esos trabajos ganan visibilidad internacional y si su presencia en el SSCI se traduce también en un aumento de las citas recibidas, lo que aportarÃa un indicador más sobre la mejora cualitativa de la producción española en comunicación. Notas (1) Torres-Salinas, D⦠et al. âClasificación integrada de revistas cientÃficas (CIRC): propuesta de categorización de las revistas en ciencias sociales y humanasâ El Profesional de la Información. 2010, v. 19, n. 6, pp. 675-683 (2)ANECA. Principios y orientaciones para la aplicación de los criterios de evaluación. Programa de evaluación de profesorado para la contratación. 2008 Disponible en: http://www.aneca.es/var/media/551398/pep_2010_07_ppios_070515.pdf y Principios y orientaciones para la aplicación de los criterios de evaluación. Programa Academia. 2008. Disponible en: http://www.aneca.es/var/media/557171/academia_ppiosyorientaciones_100616.pdf (3) BOE, Resolución de 18 de noviembre de 2009, de la Presidencia de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se establecen los criterios especÃficos en cada uno de los campos de evaluación. (4) Soriano, J. El efecto ANECA. Comunicación presentada en el congreso I+C: Investigar la comunicación, Asociación Española de Investigación de la Comunicación, Santiago de Compostela, 30 de enero a 1 de febrero, 2008. (5)IN-RECS http://ec3.ugr.es/in-recs/ii/Comunicacion-fecha-2009.htm (6) De Pablos, J.M. Análisis de las revistas españolas de Comunicación, tras la actualización del Ãndice de impacto de 2009 (octubre de 2010) comunicación presentada en el II Congreso internacional Latina de Comunicación Social. La Laguna, Noviembre, 2010. http://www.revistalatinacs.org/10SLCS/actas_2010/217_De_Pablos.html (7) Giménez Toledo, E.; AlcaÃn Partearroyo, Mª D. âEstudio de las revistas españolas de periodismoâ Comunicación y Sociedad, 2006, v. XIX, n. 2, pp. 107-131. (8)Ver, por ejemplo: Archambault, E. et al. âBenchmarking scientific output in the social sciences and humanities: The limits of existing databasesâ Scientometrics, 2006, v.68, n. 4, pp. 329-342 (9) Fernández-Quijada, D. âEl perfil de las revistas españolas de comunicación (2007-2008)â Revista Española de Documentación CientÃfica, 2010, v. 33, n. 4, pp. 551-579. (10)Puede encontrarse un análisis reciente sobre la presencia de revistas españolas en el Web of Science en la siguiente nota en Thinkepi: RodrÃguez-Yunta, Luis. âLa alegrÃa va por barrios: el ascenso de las revistas cientÃficas españolas como publicaciones fuente en el Web of Science no afecta por igual a todas las disciplinasâ, 2010. Disponible en: http://www.thinkepi.net/la-alegria-va-por-barrios (11) Jones, D.E. âLa comunicación en el escaparateâ, en Bernardo DÃaz-Nosty (dir.) Tendenciasâ07. Medios de comunicación: el escenario iberoamericano. Ariel: Barcelona; Madrid: Fundación Telefónica, 2007, pp. 395 - 408. Disponible en: http://www.infoamerica.org/primera/anuario_medios.pdf (12)Lauf, E. "National Diversity of Major International Journals in the Field of Communication". Journal of Communication, 2005, v.55, n. 1, pp. 139-151. (13)Masip, P. âEuropean Research in Communication during the years 1994-2004: a Bibliometric Approachâ, comunicación presentada en 1st European Communication Conference, European Consortium for Communication Research, Amsterdam, 24-26 November, 2005. (14)Masip, P. âMapping communication research in Europe (1994-2009), comunicación presentada en la 3rd European Communication Conference, European Communication Research and Education Association, Hamburg, 15-12 October, 2010. (15)Para el análisis realizado en 2010 se tuvieron en cuenta las mismas 35 publicaciones que se analizaron en 2005. (16)Editada por la norteamericana Association for Education in Journalism and Mass Communication. Entre 1999 y 2004, de los 1519 artÃculos publicados, sólo 12 eran de investigadores europeos. (17)La carencia de revistas de periodismo en el SSCI se verá parcialmente corregida en la próxima edición con la incorporación de Journalism: Theory, Practice and Criticism, además de Ecquid Novi-African Journalism Studies, que, como su propio tÃtulo indica, está dedicada especÃficamente al estudio del periodismo africano, y la española Estudios sobre el mensaje periodÃstico. ---------------------------------------------------- Los archivos de IWETEL pueden ser consultados en: http://listserv.rediris.es/archives/iwetel.html ----------------------------------------------------