El País, 9 de diciembre de 2006. El presidente recorta en un 10% los 
salarios de los altos cargos.

Después de anunciar estas medidas en un claro intento de hacer suya la causa 
de su máximo adversario de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, del PRD, 
Calderón visitó en su primer viaje presidencial por el país el municipio de 
Tlacoachistlahuaca (Estado de Guerrero), en una de las zonas más pobres de 
México.

Ante pobladores indígenas que viven en los peores condiciones, el nuevo 
presidente prometió un Programa de Desarrollo Integral para los 100 
municipios más desprotegidos y marginados de México. "Tienen mi palabra de 
que lucharé para que algún día en México ocurra lo que decía el Generalísimo 
Morelos, para que no haya diferencias entre los mexicanos y que, en todo 
caso, la única diferencia entre los mexicanos y que, en todo caso, la única 
diferencia que haya sea el vicio o la virtud que puede haber en cada uno de 
nosotros", dijo el primer mandatario. Parecía Calderón ir tras los pasos de 
López Obrador, que precisamente empezó la campaña electoral en aquellas 
tierras, y recordaba con su inmersión en el mundo de los pobres al 
presidente Lula da Silva, que inauguró el primer mandato hace cuatro años 
con un viaje al Estado más mísero de Brasil. López Obrador no es diputado y 
sigue dando mítines por el país en su condición de autoproclamado 
"presidente legítimo".

Al presentar el presupuesto para 2007, que se discute actualemente en el 
Congreso, el presidente mexicano prometió un aumento del 6,9% en los 
programas sociales, una reducción de las tarifas de gas y electricidad para 
las familias de menos recursos y un recorte en los sueldos de los políticos 
mexicanos, que son los mejores pagados de América Latina. López Obrador 
calificó dicha medida de puro maquillaje.

El otro eje de la política del nuevo Gobierno pretende ser la lucha contra 
la insegurad y la defensa de la legalidad. Para ello, ha anunciado más 
recursos y mejores medios a las fuerzas de seguridad pública y a los 
militares. El nuevo gobierno reitera su voluntad de hacer respetar la ley y 
castigar a quien la viole, y bajo esta premisa ha justificado la detención 
de Flavio Sosa, uno de los líderes más reconocibles de la revuelta en 
Oaxaca. En un primer gesto de acercamiento al Gobierno y al PAN, el 
presidente del PRD, Leonel Cota, ha hecho un llamamiento a los legisladores 
del partido oficialista a sumar esfuerzos para declarar conjuntamente la 
ingobernabilidad en Oaxaca, que permitiría recurrir a la figura 
constitucional de la desaparición de poderes. El voto conjunto de panistas y 
perredistas permitiría la destitución del gobernador Ulises Ruiz, del 
Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien la oposición de 
izquierda acusa de gobernar como un cacique. Cota pidió dejar atrás los 
enfrentamientos de ambos partidos en la Cámara de Diputados y los intentos 
de boicotear la investidura de Calderón. "Lo importante es Oaxaca", dijo 
Cota, al proponer una reunión con el presidente del PAN, Manuel Espino.

El mensaje de Cota contrasta con la postura de otros líderes del mismo 
partido, al insinuar que el PRD podría votar en el Congreso a favor del 
presupuesto del Gobierno de Calderón. "Vamos a priorizar educación, salud, 
equidad en el presupuesto para Estados y municipios del país", señaló. "Si 
se prioriza el presupuesto en esta línea, el voto del partido va a ser en 
favor de educación, salud con equidad en Estados y municipios del país y, 
desde luego la inversión en PEMEX (Petróleos Mexicanos).

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