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Mundo: El modelo mental de los pueblos indígenas
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Actualidad. 

Por Víctor M. Gavilán
El modelo de pensamiento en espiral es el modelo de pensamiento de los pueblos 
indígenas, es la alternativa al modelo de pensamiento lineal diseñado por el 
racionalismo europeo, y la filosofía positivista, causante del modelo mental 
existente en el mundo occidental por los últimos 400 años.
El modelo de pensamiento lineal es altamente determinista, como también 
reduccionista toda vez que descompone el total en pequeñas partes, reduciendo 
las interacciones entre ellas. Considera el todo compuesto de partes 
independientes.
El modelo de pensamiento lineal es hoy contradictorio, ya que los nuevos 
conocimientos del mundo contemporáneo nos revelan que nuestro universo esta 
constituido básicamente por sistemas no lineales en sus niveles físicos, 
biológicos, psicológicos y sociales.
Nuestro universo esta formado por partes conectadas a través de una profunda 
interacción y cuya identidad es la armonía y el equilibrio.
El modelo de pensamiento lineal se basa en los principios matemáticos 
elaborados originariamente por los filósofos griegos y más tarde por Rene 
Descartes, quien llegó a postular que nuestro pensamiento debiera llegar a la 
racionalidad de las matemáticas, no entendiendo que las leyes matemáticas no 
pueden ser aplicadas a los sistemas y estructuras de naturaleza construidas por 
partes relacionadas íntimamente unas con otras.
Las matemáticas son un conocimiento abstracto, pues permite mentalmente hacer 
abstracción del todo y reducirlo a sus partes y considerarlas independientes 
del resto para estudiarlas prescindiendo de las restantes particularidades que 
tiene la naturaleza de las cosas.
El modelo de pensamiento lineal no nos permite conocer a cabalidad los procesos 
del comportamiento humano, sus actitudes y sentimientos, como también su 
creación cultural.
Por eso entonces la necesidad del pensamiento no lineal, o pensamiento en 
espiral, el cual nos permite conocer la naturaleza de las cosas sin 
abstracciones, con todas sus partes conectadas unas con otras. El modelo de 
pensamiento en espiral debiera ser el modelo de pensamiento aplicado a las 
ciencias sociales, y a las relaciones humanas que son mucho más complejas que 
las abstracciones matemáticas.
El pensamiento lineal aplicado a la historia y al desarrollo de nuestros 
pueblos indígenas no hace más que simplificar su realidad, rompiendo la 
coherencia y la lógica de sus 500 años de resistencia cultural.
La metodología del espiral capta las relaciones estructurales y sistémicas, 
ingresando de lleno a las metodologías cuantitativas. El modelo en espiral 
ayuda a resolver los problemas generados entre la teoría y la práctica y 
también los problemas entre la acción y la reflección.
El modelo en espiral permite generar y compartir conocimientos y experiencias 
colectivamente, y en cada contexto tanto los individuos como el colectivo se 
desarrollan simultáneamente. En un modelo en espiral el conocimiento y los 
procesos históricos, pueden comenzar en cualquier punto de la espiral y nunca 
tendrán un fin.
El modelo de pensamiento y acción en espiral es incluyente y permite conectar 
el presente con el pasado, y en el caso de los pueblos indígenas permite 
comprender la factibilidad de construir futuro volviendo al pasado; vale decir 
a las raíces de su desarrollo como pueblo.
En otro orden de cosas el modelo de pensamiento y acción en espiral permiten un 
mejor entendimiento de problemas propios de la administración y control de los 
recursos, como asimismo de los riesgos. También es posible aplicar el modelo de 
planificación en espiral en la alta tecnología.
El modelo de acción en espiral centra su preocupación en la comunicación y el 
diálogo, y en los procesos de planificación adopta una metodología colectiva, 
como también en la organización de recursos, análisis de riesgos y posibles 
alternativas.
El modelo busca la creación colectiva de estrategias de evaluación, y 
finalmente, el modelo genera desde el colectivo la construcción de hipótesis y 
teorías.
La cultura dominante ha entrado en una profunda crisis de identidad, y también 
el modelo de pensamiento lineal iniciado por los filósofos griegos y más tarde 
desarrollado por los europeos. Ellos han negado permanentemente la existencia 
de una filosofía indígena, relegándola a la categoría de cosmovisión, folklore, 
o pensamiento mítico.
El mundo contemporáneo ha descubierto nuevas formas de conceptualización y de 
representaciones simbólicas, que hacen posible hablar con propiedad de una 
filosofía de los pueblos indígenas, que incluye sus prácticas habituales, sus 
normas, valores, creencias, estructuras epistemológicas, tiempo y espacio.
El modelo mental del hombre occidental se ha centrado en la palabra, mientras 
que el ser indígena piensa en símbolos, actos concretos y ritos. Podemos 
entonces afirmar que la filosofía de los pueblos indígenas tiene su origen en 
la experiencia vivencial de todo el pueblo, en sus categorías de tiempo y 
espacio, que también tienen connotaciones distintas al pensamiento europeo.
La experiencia vivencial del hombre indígena más que racionalista, tiene que 
ver con sus sentimientos y emociones ligado estrechamente a la madre 
naturaleza, la ñuke mapu o la pacha mama.
Hemos dicho que el mundo indígena se concibe en espiral, y en ese sentido 
tampoco se concibe la unidireccionalidad de los procesos cósmicos, de la 
historia o de los procesos sociales.
En el modelo mental indígena el tiempo es también cíclico, responde a la 
espiral, y es comienzo y fin al mismo tiempo. La vida y la muerte también son 
realidades complementarias y no antagónicas.
El espacio es una red interconectada de relaciones cósmicas, naturales y 
humanas. En el modelo mental indígena el hombre vive en el tiempo y en el 
espacio. El hombre no está solo en la tierra. El tiempo es sólo una 
relacionalidad cósmica y siempre presente en el espacio. El futuro no es algo 
que está por venir ni el pasado algo que se fue. Los mapuche dicen que el 
tiempo viene.
De manera entonces que el tiempo en el mundo indígena no es unidireccional de 
pasado a futuro, sino que bidireccional. El futuro puede estar atrás y el 
pasado adelante o viceversa.
El hombre indígena vive el presente en una realidad de continuo movimiento 
cíclico de la naturaleza y de su cultura. El We tripantu de la nación mapuche, 
es un renacimiento natural, el término del año es el inicio de una nueva vida y 
no la suma de años acumulados.
El Universo indígena es una red viva por la que circula en todo momento la 
energía, y la información bajo un orden autorregulado por la propia naturaleza 
de las cosas.
En el pensamiento indígena todo esta interconectado, nada está separado del 
todo. El mundo indígena se rige por cuatro principios fundamentales: principio 
de la dualidad, principio de la oposición complementaria, principio 
cosmológico, y el principio de la vida comunitaria.
Principio de la dualidad.
En la sociedad mapuche los fundadores cósmicos establecieron la dualidad de las 
cosas. Los contrarios no son antagónicos sino que complementarios. He aquí los 
cuatro primeros seres que dieron origen al hombre mapuche.
Ellos eran masculino y femenino. Además eran jóvenes y viejos: Ngen Fucha y 
Ngen Kushe, espíritu masculino anciano y espíritu femenino anciana: Ngen Weche 
y Ngen Ullcha, espíritu joven masculino y espíritu joven femenino.
El territorio se organizaba en función de esta misma dualidad: Picunche, gente 
del norte y Williche, gente del sur, Puelche gente del este y Lafkenche gente 
del oeste o del mar. También estaba la connotación espacial de arriba y abajo: 
Wenumapu, Minche mapu. Podemos entender entonces que en la naturaleza todo esta 
apareado, hombre- mujer: wentru-domo. Para los pueblos indígenas la dualidad de 
las cosas constituye la base fundamental de la unidad en la diversidad natural 
y humana.
La unidad se produce porque los aparentes contrarios en el modelo mental 
indígena, son parte de la complementariedad.
Principio de la oposición complementaria.
La lógica de los opuestos duales en el modelo mental indígena solo puede ser 
entendida bajo el principio de la oposición complementaria.
El hombre indígena ve en la naturaleza esa complementariedad de los opuestos: 
día y noche, siembra y cosecha, montañas y valles, espacios micro y macro, 
individuo y colectivo, vida y muerte.
Principio Cosmológico.
La Ñuke Mapu es el espacio, el tiempo, la cultura y la historia de la nación 
mapuche. El principio cosmológico se organiza en la Ñuke Mapu en su dimensión 
espacial, temporal, cultural e histórica. El Wenumapu es la parte espacial de 
arriba, estrechamente ligada al Minche Mapu, la parte de más abajo e interna de 
la tierra.
Todo esta interconectado en el modelo mental indígena, nada esta separado. El 
hombre indígena en los comienzos de su existencia miraba el espacio celeste por 
las noches, y logró bajar las estrellas, las constelaciones y la vía Láctea 
(wenuleufu) para organizar la sociedad indígena a imagen y semejanza de ese 
cosmos que le vio nacer.
Principio de la vida comunitaria.
La formación social, económica y cultural de los pueblos indígenas tiene su 
base en el desarrollo de la vida comunitaria. El conocimiento ancestral, la 
vida espiritual, las prácticas, la cosmología y los valores culturales, son 
todos elementos propios del principio de la vida comunitaria.
La Nación Mapuche daba solución a sus problemas y satisfacción a sus 
necesidades a través del principio comunitario. He aquí sólo las prácticas más 
comunes: El Nguillatun, el kollagtun, el machitun, el palin, el trawun, y el 
mingaco. Lo mismo sucedía con las naciones indígenas del centro y norte del 
cosmos americano.
En el modelo mental de los pueblos indígenas, el pensamiento privilegia la 
experiencia personal y colectiva. Los indígenas viven de las experiencias 
reales más que de lo abstracto. Se reflexiona sobre la experiencia, llegando a 
ser ésta la base fundamental de todo nuevo conocimiento.
Este artículo es la síntesis de un trabajo mayor que aún estoy preparando. Se 
trata de profundizar en el conocimiento ancestral de nuestros pueblos 
originarios y descubrir el paradigma alternativo, que permita rescatar la 
verdadera identidad indoamericana de nuestros pueblos del cosmos sur americano.


      

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