Sergi, Tamika, todos...
Desgraciadamente, no creo que podamos decir
que el blanqueamiento de apellidos americanos
(uso aquí ese adjetivo para no decir indio o amerindio
u originario o nativo, etc.) sea algo que quedó en
el pasado. Se trata de una renuncia más: la renuncia
al nombre, que se une a
Buenas noches a todos.
Pues sí, hechos. Esto es lo más importante si lo que queremos de verdad és que
las lenguas en situación de minorización, como el aimara, tengan una
posibilidad de supervivencia a lo largo de este siglo. Comprendo el sentimiento
agridulce que se deriva del sufrimiento