--- On Thu, 7/24/08, Mompox <[EMAIL PROTECTED]> wrote:




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 Un día Cabascango definitivamente dejó de ir a la escuela, más pudo la 
necesidad que las letras y el idioma ajeno. Fui a verlo a su choza, me dijo que 
había que trabajar, que los runas solo habían nacido para eso, que esa era la 
voluntad de dios.


 
 
Enviado por : Red de Comunicación Comunitaria Ecuador








Quito-Ecuador

LA ORFANDAD DE UN IDIOMA

Por esas cosas de familia que nunca hacen saber a los niños, llegué a vivir en 
Tabacundo, actualmente a una hora al norte de Quito; en ese entonces a tres 
horas en un bus destartalado que salía a las tres de la mañana y en donde todos 
los pasajeros debíamos apiñarnos con maletas, ponchos, costales de granos y las 
ráfagas de viento que se descolgaban del nevado Cayambe.
Tenía ocho o nueve años, era el año en que el "Bombita" derrocó a Velasco 
Ibarra por lo que en la escuela nos dieron vacación. Estaba en quinto grado y 
también era la época en que no había jardín de infantes, o pre-escolar, como lo 
dicen ahora.
El primer día de escuela me sorprendieron con una pregunta: ¿era de la Liga o 
El Nacional?. Dije "del Nacional", porque me sonaba más a país. En el recreo 
siempre los encuentros de futbol eran Liga contra Nacional: no había otra 
opción.
En el primer partido, del primer recreo, del primer día de escuela, me 
sorprendieron nuevamente: la mayoría de jugadores se sacaron los zapatos para 
jugar. Luego supe que era la forma de conservar los zapatos pues no había 
dinero para comprar otros; pero también supe que a los que no nos sacábamos nos 
tildaban de "burro con herraduras". 
Como a la semana de empezada las clases, o quizá más, llegó otro niño, llevaba 
una vieja funda de tela a un costado y un cuaderno. No recuerdo su nombre, pero 
recuerdo con toda claridad su apellido: Cabascango.
Cabascango llegaba tarde casi siempre, y casi siempre era castigado con un 
jalón de orejas, con un reglazo en la mano o con un correazo en las nalgas. No 
lo castigaban por atrasado; lo castigaban por vago, por testarudo, por imbécil; 
lo castigaban porque siempre se justificaba diciendo: "es que tuve que ir a 
dejar a los wagras al potrero". Eterna disculpa, y eterna maldita palabra por 
la que debía soportar los latigazos.
Era tan imbécil que no podía decir "toros", era tan retardado que no podía 
aprenderse, aunque sea de memoria, una sola frase: "es que tuve que ir a dejar 
a los toros", o a las vacas, o a los chivos, o a cualquier mierda de animal que 
no sean los fastidiosos wagras (o guagras, o huagras; no sé como se escribe).
Cuando tocaba reglazo, Cabascango estiraba su mano firme, no pestañaba, recibía 
el castigo y no mostraba dolor, luego iba a su asiento y se mantenía callado. 
De reojo, lo veía como se fregaba la mano para mitigar el dolor que sí existía.
Un día el profesor revisó "pañuelos". Todos debíamos llevar un pañuelo limpio, 
planchadito, impecable. Ese día no lo llevé. Cabascango tenía uno que parecía 
trapo de fregadero. Reglazo para los dos. Doble reglazo para mí porque, del 
miedo, retiré la mano al primer intento: entonces supe lo doloroso que era 
aquello. Desde entonces cada reglazo que recibía Cabascango me recordaba mi 
propio dolor y me imaginaba que salía a defenderlo, me imaginaba que mordía al 
profesor, que lo pateaba en los tobillos, que lo ponía zancadillas; esperaba 
cada vez que el profesor jugaba futbol para caerlo a patadas.
Un día Cabascango no vino a clases. Otra vez los wagras, pensé; pero no vino 
tampoco al día siguiente, no vino toda la semana. El profesor preguntó si 
alguien sabía donde vivía. Nadie lo sabía.
Volvió una semana después, demacrado, había burlado a la muerte que le quiso 
sorprender con una pulmonía. 
¿Como estás?, le pregunté en el recreo. Me miró con desconfianza; de lo que 
recordaba, nadie le había hablado hasta entonces, quizá porque llegaba tarde a 
la escuela y salía corriendo no más repicaba la campana para la salida a casa. 
Desde ese día empezamos a hablar; luego me llevó a su casa. Era una choza con 
tapiales gruesos y cubierta de paja; muy obscura, con una mesa en el que ponían 
un mechero para hacer los "deberes".
En esa choza aprendí que no solo había wagras, sino que eran caris y warmis, 
aprendí que al "espanto" se lo cura con flores y huevos, que tenía un shungo 
que más tarde me harían doler las warmis; aprendí que también yo era un runa y 
que ango es una familia de "taita Atahualpa"; aprendí que el ari y el mana no 
son una oposición, sino un complemento. Aprendí que un papel blanco clavado en 
el tapial con puntas de penco significaba que en esa choza había pan de venta, 
y que una bandera roja significaba carne. Aprendí que hay una lengua y una 
iconografía que ha permanecido en el tiempo pese a los latigazos. Aprendí a 
decir diosolopay a la tierra, esa rara palabra que nunca supe de donde venía 
pero que significaba "dios se lo pague", aunque se trate de un dios ajeno.
Un día Cabascango definitivamente dejó de ir a la escuela, más pudo la 
necesidad que las letras y el idioma ajeno. Fui a verlo a su choza, me dijo que 
había que trabajar, que los runas solo habían nacido para eso, que esa era la 
voluntad de dios.
Desde ese día me quedé huérfano de un idioma, y es la misma sensación que ahora 
tengo con la decisión trasnochada de los burros con herraduras, seguidores de 
quien ha hecho de la plurinacionalidad tan solo una moda, de quien apeló a la 
iconografía y el idioma indígena tan solo para promocionar una imagen vacía.
No sé donde está ahora Cabascango, pero donde quiera que esté, sé que estará 
hablando su idioma y que no habrá Constitución que pueda negarlo. 
Ahora hemos dado un paso atrás, pero la regla y el látigo un día cederán ante 
las miles de voces diversas.
Luis Ángel Saavedra
INREDH

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EL MASHI QUE NEGÓ SU PROPIA HISTORIA
Niño Tonto , inútil, burro, decía un profesor en una escuela de una comunidad
Indígena, , cuando no podía leer , ni escribir bien , la frase "Mi profesor es 
bueno".
Y lo implantaba el régimen "La letra con sangre entra". El alumno por miedo 
tuvo que memorizarse, a si se educaba y se profundizaba el aprendizaje del 
idioma " Castellano" o "Español", por que según la constitución en aquellos 
años era el único idioma oficial. Esto ocurría en los años 0chenta. ¡Si no 
completas los 45 puntos en ingles pierdes el año! decía un profesor aun 
estudiante SHUAR allá, por los años 96 en un colegio de prestigio provincial. 
Pero este, Teacher, para el colmo no sabia el ingles si no pues dictaba , de un 
libro. Pero este idioma no era oficial ni en la constitución ni en la leyes etc.
En un discurso publico, en Sumbahua, decía delante de sus colegas, Mashikuna 
ñuka shungu kankunawanmi kan …. Hermanos mi corazón esta con uds. Y con su 
discurso de ya se iba a terminar la larga noche neoliberal, casi que le 
convence al movimiento indígena.
Y en una reunión con los Súper ministros "Light" de èlite y el movimiento 
indígena CONAIE , decía …. ¡Yo he obligado a que cada uno de mis colaboradores 
aprendan Kichwa! pero aun así no lo creíamos.
Pero el tiempo lo des configuró la palabra y quitó la mascara, entonces no es 
el mashi Correa, la noche larga del neoliberal continua, después de que la 
propuesta del movimiento indígena ,se haya botado al tacho de basura, con la 
sola justificación de que no se puede imponer , un idioma que nadie quiere 
aprender Que … historia mas abrumadora…el kichwa para el neoliberalismo es 
dialecto, no es idioma.. . No es escrito…es oral… es palabra no es sujeto ni 
verbo.
Es el idioma del indio … y de nadie mas … casi que falto, de poner un 
articulado de alianza país que todos los que hablan el kichwa, y otros idiomas 
no son ecuatorianos con eso estaba ya rematado la asamblea.
Ahora estará justificándose, con muchos textos, para poder mentir a los pueblos 
y nacionalidades originarias del Ecuador.
Pero quizás, la decisión esta tomada por el único Tragicómico de esta historia 
tiene nombre AP- BURO POLÍTICO, PRESIDENTE … ¿ porque aparento ser un 
presidente progresista y no lo es .. Quiso hablar el kichwa y no lo sabe, 
quiere escribir en kichwa y no lo ¡podrá! obliga aprender a sus funcionarios el 
kichwa pero el no lo hace. Las cosas están dadas.
Pero nosotros las nacionalidades y pueblos, construyendo nuestro idioma, 
acepten o no CONTINUAREMOS NUESTRA REVOLUCIÓN LA VERDADERA REVOLUCIÓN DE 
AMÉRICA LATINA ¡CARAJU!
SHUK SHUNKULLA, SHUK YUYAILLA, SHUK MAKILLA, RUNAKASHPAKA KANAKANCHIK,
Marlon Santi Gualinga (SARAYAKU-kichwa runa)
CONAIE – PUSHAK AP
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