Hilaria Supa vs Mercedes Cabanillas
 
Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas | Opinión – Los Andes 16 agosto 2010
 
La elección unánime y sin precedentes de la congresista cusqueña Hilaria Supa 
Huamán, como Presidenta de la Comisión de Educación, Ciencia, Tecnología, 
Cultura, Patrimonio Cultural, Juventud y Deporte, del Congreso de la República, 
ha sido un hito histórico en la ya antigua lucha por la reivindicación de los 
derechos de los cholos e indios del Perú.
Como se sabe, Hilaria Supa tiene una amplia trayectoria en las luchas sociales 
campesinas e indígenas del Cusco. Desde su Huallaccocha querido irradió su 
trabajo organizativo por las comarcas aledañas, llegando finalmente a cargos 
directivos de la Federación de Mujeres Campesinas, en cuya representación 
anduvo por el Perú y el mundo llevando, con honradez y decencia, el mensaje de 
reivindicación indígena, de defensa de los derechos humanos y de revaloración 
de la cultura andina.
Expectativa pocas veces vista, tuvo la sesión para elegir a los miembros de la 
directiva de esa comisión y dejarla instalada. La radio y la televisión se 
encargaron de difundir ampliamente y “en vivo” el acto.
En esa por muchos esperada sesión, los parlamentarios adoptaron diversas 
actitudes. Lo más notorio fue, sin duda, el comportamiento que adoptaron con 
interesado protagonismo, apristas y fujimoristas, quienes a pesar de sus 
evidentes esfuerzos no pudieron disimular el íntimo, grave y profundo disgusto 
por el hecho de que una india “con poca preparación técnica y profesional y 
ninguna especialización en materia educativa” (Carlos Rafo dixit) acceda a un 
cargo congresal que por siempre había sido desempeñado solo por mistis miembros 
de los partidos tradicionales.
Excesivamente notorio fue el caso de Mercedes Cabanillas, quien luego de pedir 
la palabra a la nueva conductora de la comisión y sabiendo de la amplia 
difusión que tenía el acto, apelando forzadamente a un lenguaje formalizado y 
tecnisista propio de las ciencias educativas, buscó explayarse sobre los temas 
que en su opinión debían ser abordados en el trabajo de esa parcela congresal 
durante el año legislativo que se inicia.
La Cabanillas, derramando en la sala hálitos de autoridad intelectual en el 
tema de la educación, mencionando antecedentes de sus trabajos en ese campo, 
queriendo situarse muy por encima, no solo de Hilaria sino de los presentes, 
como quien notifica al que poco o nada sabe, ocultaba así -o pretendía ocultar- 
no solo su soberbia de no aceptar la vicepresidencia sino también el ácido de 
impotencia y cólera que le correteaba por el corazón, bazo, hígado e intestinos.
Fue imposible inadvertir la postura de Mulder, siempre locuaz a la hora de 
hablar sobre justificaciones a todo lo malo del gobierno y de su partido y en 
cualquier sitio, quien permaneció ahora mascullando impotencia ante lo que 
presenciaba, limitándose a buscar a ratos a las orejas de la Cabanillas, tal 
vez para darle ideas o consignas “sotto vocce”.
Ella justificó su voto a favor de la elección de Supa Huamán repitiendo el 
sonsonete político interesado de que “todos somos mestizos, iguales”, que 
estamos en el “país de todas las sangres”, en el que “quien no tiene de inga 
tiene de mandinga” y cosas por el estilo, cuando la realidad tozuda develada 
permanentemente por las ciencias sociales, nos dice lo contrario hasta la 
saciedad: que las diferencias económicas que van de la mano con las étnicas, 
son abismales; que la discriminación es un fenómeno antiguo, estructural en la 
sociedad peruana y que los millones de pobres de este país, son precisamente 
los indios y cholos discriminados.
Detrás del hipócrita voto a favor, estaba claramente el temor de las 
consecuencias que sobrevendrían si hubiese hecho una franca oposición a la 
elección de la congresista indígena. Sabía muy bien que la crítica 
periodística, política, académica y popular estaba atenta para centrar sus 
fuegos sobre cualquier comportamiento discriminatorio en esa ocasión.
Con todo eso, sabemos ahora cómo Mercedes va tratar de manipular o imponer 
criterios ideológicos y políticos en el seno de la comisión, generando 
previsibles conflictos, invalidando esfuerzos, buscando hacer caer en ridículo 
a la presidenta para beneplácito de Martha Hildebrandt y sus seguidores.
Mechita tu bien sabes, lo mucho… lo mucho que has sufrido con la elección de 
Hilaria. ¿Cómo haces para aparecer un día sí y otro también en la radio y la 
televisión, para hablar de todo, todo el tiempo?


GUILLERMO VÁSQUEZ CUENTAS 
  Tlfs. 51-1-624-2764 // Cel 51-959693204


      

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