Salud Ambiental 15 - 5.jun.2001
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05/06/2001 | 5
de Junio, Día Mundial del Medio Ambiente
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Gases con efecto
invernadero: ...el suicidio de la humanidad
De acuerdo a
un documento publicado por Gerardo Alatorre, en el site del Grupo de Estudios Ambientales,
A.C., el cambio climático es, quizá, la principal amenaza que se cierne
sobre el ambiente a nivel planetario. Esta aseveración, desgraciadamente, no es
mero alarmismo, sino el resultado de las investigaciones realizadas por un grupo
de cerca de 2000 científicos de todo el mundo, agrupados en el Panel
Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC), bajo los auspicios de la
ONU.
Si bien se reconoce que aún existen muchas incertidumbres, es claro
que el riesgo es sumamente grave. La alteración de los patrones de temperatura y
lluvia en todo el mundo podría conllevar desastrosos efectos para los
ecosistemas y para la gente: sequías en unas partes, excesiva lluvia en otras;
tormentas y ciclones cada vez más violentos y frecuentes; mayor incidencia de
plagas agrícolas y enfermedades humanas. La velocidad del cambio climático
podría ser tal, que algunos ecosistemas serían incapaces de adaptarse. Países
enteros, ubicados en pequeñas islas, podrían desaparecer con la elevación del
nivel del mar ocasionada por el derretimiento de los polos y glaciares y por la
expansión térmica de los oceanos.
Según Alatorre, existe consenso en la
comunidad científica de que, para evitar el riesgo de disrupciones peligrosas en
el sistema climático de nuestra Tierra, es indispensable reducir las
concentraciones atmosféricas de gases con efecto invernadero. En el caso del
dióxido de carbono (CO2) -el más importante de los gases de invernadero
generados por la actividad humana- el PICC considera que, por precaución, las
emisiones deberían reducirse para el año 2050 en un 60 ó 70%, en relación con
las emisiones de 1990.
Esta reducción es responsabilidad,
principalmente, de los países industrializados. Son éstos los que mayor cantidad
de gases de invernadero generan, por la quema de combustibles fósiles (petróleo,
carbón y gas) y, además, buena parte de los gases emitidos por esos países desde
el siglo pasado siguen en la atmósfera, captando energía calorífica. Hay, pues,
un efecto acumulativo.
Actualmente se emite tal cantidad de gases de
invernadero a la atmósfera, que ha sido rebasada la capacidad de absorción de
los ecosistemas "sumideros" (bosques y oceanos, principalmente). Peor aún: la
desforestación se ha convertido en una fuente importante de dióxido de
carbono.
De la creación del PNUMA al Protocolo de Kyoto
En
su resolución 2994 (XXVII), de 15 de diciembre de 1972, la Asamblea General de
la ONU designó el 5 de junio Día Mundial del Medio Ambiente para dar a conocer
mejor la necesidad de conservar y mejorar el medio ambiente. Se eligió tal fecha
porque ese día se había iniciado la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972, a raíz de la cual se creó el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Veinte
años después, la Asamblea convocó en Río de Janeiro la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en la cual se reunieron
los países para adoptar las decisiones necesarias para reavivar las esperanzas
que había infundido la Conferencia de 1972 y "a hacer frente al desafío de
lograr un equilibrio viable y equitativo entre medio ambiente y desarrollo".
Cuando en 1992, en Río de Janeiro, las naciones del mundo suscribieron
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, varios
gobiernos y las agrupaciones ambientalistas reconocieron que, como la propia
Agenda 21, se trataba sólo de una declaración de buenas intenciones; pero muchos
adujeron que "era un primer paso". En la Convención, los países desarrollados se
propusieron "regresar en el año 2000 a los niveles de emisión de
1990".
Del 1º al 10 de diciembre de 1997 se celebró en Kyoto, Japón, la
Tercera Conferencia de las Partes de la Convención sobre Cambio Climático
(COP3). Los distintos grupos de países llegaron con muy divergentes propuestas
en relación con los compromisos de reducción de emisiones. Tomando como año base
1990, los países de la Unión Europea proponían una reducción de 15% para el año
2010. La Alianza de Pequeños Estados Islas (AOSIS), que agrupa a aquellos países
cuya existencia misma está en peligro, propuso para el año 2005 reducciones de
20% (en relación con el mismo año base de 1990). Pero ni los EE.UU. ni Japón ni
muchos otros países industrializados estaban dispuestos a realizar un esfuerzo
significativo. Diversas propuestas apuntaban hacia reducciones inferiores al 5%,
y los EE.UU. sólo ofrecieron regresar a sus niveles de emisión de 1990 en el
periodo 2008-2012. Los países de la OPEP, como era previsible, se dedicaron a
sabotear todo el proceso.
Durante la COP3 tuvo lugar una larga serie de
"pulseadas", para encontrar una solución que satisficiera a todos. La Unión
Europea claramente señaló que sólo sostendría su propuesta si los demás países
industrializados se comprometían a hacer reducciones similares. Esto, por
supuesto, no sucedió. Después de largas negociaciones se aprobó el 10 de
diciembre de 1997 un Protocolo que establece compromisos diferenciados para los
distintos países o grupos de países, pero las diferencias son
moderadas.
Dicho protocolo indica que para el período 2008-2012, la Unión
Europea, como grupo, reducirá sus emisiones en 8%, con respecto a 1990; los
Estados Unidos en 7%; Japón y Canadá en 6%; Rusia, Ucrania y Nueva Zelanda no
tendrán ninguna reducción; algunos países como Australia, podrán inclusive
aumentar sus emisiones. Se decidió no incluir en esta etapa compromisos
adicionales para el Tercer Mundo.
El Protocolo de Kyoto abarcó seis gases
con efecto invernadero no cubiertos por otros anteriores: el dióxido de carbono
(CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), los hidrofluorocarbonos (HFCs),
los perfluorocarbonos (PFCs) y el hexafluoruro de azufre (SF6). Para los tres
últimos, se determinó un año base de 1995, pues prácticamente no se producían en
1990; se trata de gases que se liberan en pequeñas cantidades, pero que no
pueden ser absorbidos por los ecosistemas (no existen "sumideros" naturales);
tienen un enorme potencial de captación de radiaciones caloríferas y
permanecerán en la atmósfera, absorbiendo calor, durante miles de años. Por
mantener ciertos modelos de producción y de consumo para la generación actual,
estamos heredando un problema a numerosísimas generaciones futuras. Lo mismo
puede decirse, de hecho, para el problema global del cambio climático y para
otros impactos ambientales del actual modelo civilizatorio.
Pasaron
cuatro años de aquel protocolo, y en abril pasado, el gobierno del presidente
George Bush anunció para julio próximo "un protocolo alternativo de reducción de
emisiones". Esto causó, por ejemplo, la reacción del bloque
de países asiáticos. En Sudamérica también hubo reacciones...
ONU:
El mayor estudio sobre la salud del planeta
(Fuente: Diario El
Mundo).- El secretario general de la ONU, Kofi Annan anunció la realización
del mayor estudio jamás conocido sobre el estado de los frágiles ecosistemas del
planeta amenazados por la actividad humana.
El informe, que Annan
bautizó como "El boletín de la salud de la Tierra", reunirá a unos 1.500
científicos de todo el mundo que durante cuatro años analizarán la situación de
praderas, bosques, ríos y océanos para emitir su diagnóstico.
"El estudio
examinará la influencia de las actividades humanas sobre el medio ambiente y
determinará los cambios que afectan a nuestra salud y a nuestro bienestar. Nos
permitirá adoptar las mejores decisiones y, ante todo, nos permitirá hacer
progesos considerables en nuestro esfuerzo por lograr un justo equilibrio entre
el desarrollo y el medio ambiente", subrayó Kofi Annan.
Según la ONU, en
numerosas regiones del planeta ha disminuido gravemente la capacidad de los
recursos naturales para satisfacer las necesidades de alimentación y de agua
potable de una población de 6.000 millones de habitantes.
La iniciativa,
en la que se invertirán 21 millones de dólares, ha sido concebida conjuntamente
por el Banco Mundial y los programas para el Desarrollo y para el Medio Ambiente
de Naciones Unidas.
Dura declaración del Colegio Médico de Chile
La
Convención del Colegio Médico de Chile aprobó una declaración redactada por los
presidentes de los Departamentos de Medio Ambiente (Dr. Andrei
N. Tchernitchin), Científico Docente (Dr. Radek Barrera), Etica (Dr. Miguel
Angel Rojas) y Derechos Humanos (Dr. Roberto von Bennewitz).
El citado
documento, que puede ser
descargado desde nuestro servidor en archivo PowerPoint (Microsoft) como
diaporama, indica en forma textual:
1. El aumento de emisiones de
gases invernadero constituye una causa científicamente comprobada de cambios
climáticos progresivos que significan grandes problemas para el futuro de la
humanidad.
2. Tomando lo anterior en consideración, los representantes de
numerosos países se reunieron para proponer y aprobar una serie de medidas que
significarán una disminución progresiva de las emisiones de gases invernadero en
los próximos años en los respectivos países, acuerdo que quedó formalizado como
el Protocolo de Kyoto.
3. La negativa de los gobiernos de algunos países
para suscribir el Protocolo de Kyoto privilegiando sus particulares intereses
sobre el bien común, y la negativa de ratificarlo por otro (Estados Unidos de
Norteamérica), es un duro golpe para el futuro de nuestro planeta, afectando en
consecuencia la salud y la calidad de vida de sus habitantes.
4. Nosotros
apelamos a la conciencia ciudadana de todas las mujeres y hombres de buena
voluntad para iniciar una cruzada pacífica de rechazo a dicha negativa de
compromiso con los acuerdos del Protocolo de Kyoto.
Como primera medida
solicitamos abstenernos de consumir productos elaborados en estos países, como
una forma de presión para sus gobiernos, que a su vez cumpla un rol educativo y
de toma de conciencia por la población.
Se podrá además recomendar a
empresas provenientes de países firmantes del protocolo de Kyoto señalarlo en
sellos verdes en los productos que comercializan sus empresas.
5. La
profesión médica y sus instituciones tienen una función social humanitaria
ineludible y en consecuencia con esto cumple con su rol y responsabilidad.
6. El Colegio Médico mandata al Dr. Enrique Accorsi, Presidente del
Colegio Médico de Chile y próximamente de la Asociación Médica Mundial, para
promover estos planteamientos en las demás instituciones médicas de la
Asociación, de tal manera que el liderazgo en esta cruzada por el Colegio Médico
de Chile tenga proyecciones a nivel mundial.
Por útlimo, la declaración
relaciona gráficamente, en su formato PowerPoint, a la Opción 1: "No cumplir con
los compromisos suscritos en Kyoto", con una oscura imagen de cadaveres
atiborrados, y a la Opción 2: "Cumplir con los compromisos suscritos en Kyoto",
con una hermosa fotografía de un bosque cargado de
vida.
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