COMUNISTES de CATALUNYA  difunde

De VOZ nº 2043. : www.go.to/voz

COLOMBIA : EL DISCURSO DE CERETÉ de Alvaro Vásquez

Con toda clase de elogios y respaldos ha sido recibido por parte del núcleo duro del Establecimiento el discurso pronunciado el miércoles tres de mayo por el presidente Pastrana en Cereté, en el corazón de la zona donde es más densa la dominación paramilitar. Según la mayor parte de los comentaristas, el pronunciamiento oficial significa una contundente respuesta a las FARC sobre una serie de temas que están ahora en el centro de los problemas de la negociación de éstas con el Gobierno. Hasta el punto de que a partir de aquí, “el proceso puede congelarse, entrar en una fase de replanteamiento o sencillamente romperse”, como lo señala El Espectador del jueves.

Los más alebrestados exponentes de las tendencias que vienen criticando la negociación o que francamente se oponen a ella, han recibido con júbilo las declaraciones presidenciales. Las entienden como un giro total desde la anterior posición “complaciente” del Gobierno hacia una posición firme y de mano dura contra la guerrilla. Lo cierto es que el presidente Pastrana, luego de emprenderla contra las FARC termina por enfatizar que “la paz a cualquier precio no la concibo y no la acepto”.

En realidad el discurso de Cereté es el punto culminante de una serie de hechos y de pronunciamientos de las últimas semanas que indican una  nueva actitud del Gobierno en cuanto al proceso de negociación con las FARC. La posición presidencial es el resultado de una serie de presiones, exigencias y maniobras por parte de diversos centros de la clase dirigente y de sus tutores norteamericanos. En esa  cadena de acontecimientos se puede señalar el cambio del Alto Comisionado de Paz en forma súbita para bajarle perfil a las relaciones con la insurgencia. Asímismo, la incorporación de dos figuras reconocidas del Partido Liberal a la Mesa de Diálogos para atemperar las protestas de dicho partido por su aparente marginamiento del proceso. Está también el coro de protestas de la oligarquía económica contra la decisión de las FARC de cobrar tributos a los que tienen patrimonios superiores a un millón de dólares. A todo lo cual se suma la extraña reserva de varios dirigentes civiles y militares a la iniciativa de los voceros de la guerrilla de llevar a la mesa el tema del cese del fuego, que venía siendo una exigencia insistente de los núcleos más caracterizados del sistema. La visión de conjunto de esta serie de episodios  muestra una actitud general de la clase dirigente de mayores condicionamientos a la guerrilla para adelantar la negociación. Lo cual se enmarca dentro de una severa crisis económica y política cuya salida no tiene perspectiva en el corto plazo.

Detrás de los gestos presidenciales está desde luego el afán pastranista de conciliar con las posiciones más agresivas contra el proceso de paz, especialmente las de los dirigentes liberales que vienen ganando nuevos espacios en su pugna contra el Gobierno.

Pero están también las concesiones al militarismo y al paramilitarismo —no es casual la escogencia de Cereté, centro de los paramilitares, como teatro de este pronunciamiento— para limar las diferencias con estas fuerzas en un momento de aguda crisis y reforzar los lazos con tendencias que sostienen al sistema. Y desde luego que Pastrana trata de acelerar la aprobación del Plan Colombia mostrándose fuerte y agresivo frente a la insurgencia para inclinar la opinión del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos.

La debilidad y la precariedad del gobierno Pastrana lo lleva a asumir estas actitudes que hacen parte de su intento de unir alrededor del poder a todos los sectores de las clases dominantes no sólo para su fortalecimiento con vistas a la negociación, sino para avanzar en el plan de reingeniería del Ejército bajo la orientación del Pentágono el cual según sus inspiradores, permitirá derrotar a la guerrilla con ayuda extranjera.

El cambio en el tono oficial que marca el discurso de Cereté trata de alinear en un solo frente tanto a los partidarios de la guerra como a aquellos que si bien están por la negociación, exigen modificaciones en el estatuto de las relaciones con la insurgencia. La perspectiva dependerá del real apoyo del conjunto de fuerzas ahora divididas de la política que tanto las FARC como el ELN practiquen en respuesta a estos intentos de modificar las relaciones al interior del proceso de negociación, del nivel de los enfrentamientos y de la capacidad de Gobierno de llevar adelante sus propósitos.

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Agencia Informativa Púlsar: [EMAIL PROTECTED]  del Resumen # 5. 128

MEXICO:   24 millones de trabajadores mexicanos se encuentran en la

pobreza extrema.

Desde México DF. Pedro Ortega Lugo.

La Universidad Obrera de México señaló que la recuperación y

competitividad del sector patronal se ha basado en la caída acelerada de la

clase trabajadora, al grado de que más de 24 millones de ellos se

encuentran en pobreza extrema.

Esta cantidad, que representa el 65 por ciento de la población en

edad de trabajar, recibe apenas dos salarios mínimos o no tiene ingresos,

ni tienen seguridad social o prestaciones.

En un recuento sobre las condiciones de vida de la clase

trabajadora en México, la institución educativa indica también que, según

los datos del Banco Mundial, 42 de cada cien mexicanos sobreviven con un

ingreso diario menor a dos dólares, y que cerca de la mitad de la población

en edad de trabajar (unos 19 millones) se encuentran en la economía informal.

Como reflejo de las condiciones paupérrimas de la clase

trabajadora mexicana, dice la Universidad Obrera de México, el 53 por

ciento de los mexicanos consume calorías por debajo de lo recomendado por

la Organización Mundial de la Salud.

 

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