Palabras cuestionadas:
(1) obligatoriedad / obligación
(2) competitividad / competividad
(3) diferenciar / distinguir
(4) posicionarse / pronunciarse
(5) criminalizar / incriminar
Aurelio Arteta tiene razón en que existe una fuerte tendencia a reacuñar
palabras nuevas redundantes aún cuando ya existían formas léxicas más
simples para designarlos. Sin embargo parece no notar dos factores
importantes:
(a)En general las palabras reacuñadas en conjunto tienen menos esquemas
formativos pero más productivos, con lo cual la simplicidad analógica
siempre empuja a tener pocos patrones formativos muy usados que a mantener
muchos patrones formativos menos usados (ver nota [1]).
(b) Si bien la mayoría de reacuñaciones que Arteta señala son claramente
redundantes en un principio rápidamente las palabras adquieren
especialización. Por ejemplo influir e influenciar, si bien los diccionarios
consultados se dan como sinónimos absolutos, un análisis de su uso real
revela que estan en distribución quasi-complementaria. Así influenciar es
'influir sobre una persona (u ente animado) deliberadamente o de manera
consciente' mientras que A influye a/en B simplemente denota que dos cosas
están relacionadas. Así puedo decir:
(6a) El clima de este año ha influido en la calidad de la cosecha
(7a) Miguel está influenciado por su novia
Este uso, repito, ha escapado al análisis de quienes escriben diccionarios,
por lo que la propia tendencia de una lengua a optimizar su léxico y sus
estructuras ha creado un par útil influir / influenciar con matices
semánticos distintos. Basta observar que en el uso cotidiano uno no
encuentra:
(6b) El clima de este año **ha influenciado la calidad de la cosecha
Nótese además que la subcategorización de influir y de influenciar es
diferente, el primero requiere en ocasiones un complemento de régimen, como
en (6a) mientras que influenciar es un transitivo corriente.
Teniendo en cuenta el factor (b) puede argüirse (mejor que argumentarse? J)
que las palabras (1)-(5) no son tan redundantes como Aurelio Arteta supone.
Pasaremos a comentarlas una a una:
(1) obligatoriedad / obligación. El sufijo -edad en general es añadido a
adjetivos por tanto morfológicamente obligatoriedad es una palabra
perfectamente formada yo diría. En cuanto a su uso podemos distinguir
contextos en los que obligatoriedad y obligación no son equivalentes (al
menos sin cambiar a una subcategorización menos frecuente):
(1a) La obligatoriedad de las normas ISO-9001.
(1b) El carácter obligatorio de las normas ISO-9001.
(1c) La **obligatoriedad de llevar el cinturón de seguridad.
(1d) La obligación de llevar el cinturón de seguridad.
Claramente en (1a) hay un matiz semántico de 'carácter obligatorio' que no
posee obligación, (1b) es equivalente a (1a) pero claramente menos
económica. En cuanto a (1c) creo que es poco recomendable y es mejor usar
(1d).
(2) competitividad / competividad. La segunda de ellas no creo que sea
correcta, en cualquier caso no la he oído en el idiolecto personal de nadie
que yo conozca.
(3) diferenciar / distinguir. Ambas están construidas correctamente la
primera de ella tiene un matiz similar al que tenía influenciar, es decir,
se usa para marcar que alguien está tratando de establecer una diferencia o
dar un tratamiento diferente a una colección de objetos o situaciones. En
distinguir nos referimos básicamente a lago relacionado con la percepción
como en (3d):
(3a) Diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
(3b) Distinguir el bien del mal.
(3c) No soy capaz de** diferenciarlos a oscuras.
(3d) No soy capaz de distinguirlos a oscuras.
Tal como sucedía en (1a)-(1d) la palabra innovada y más larga
morfológicamente puede ser substituida por la patrimonial, sin embargo al
revés no se puede. Con lo cual en cierto modo Aurelio Arteta tiene razón en
que los términos estrictamente son innecesarios, pero creo yo que usarlos
debidamente permite introducir matices semánticos útiles como entre (3a) y
(3b) [en (3b) se trataría de una cuestión de entendimiento, en (3a) se
trataría de una cuestión de decisión racional].
(4) posicionarse / pronunciarse. Son diferentes claramente: los tribunales
se pronuncian [sin posicionarse] mientras que las personas suelen
poscionarse respecto a ciertas actitudes morales o sociales. Conviene tener
claras las diferencias semánticas de ambos verbos y usarlos
convenientemente, pero si esa distribución complementaria se mantiene
siempre de manera coherente es útil mantener ambas palabras.
(5) criminalizar / incriminar. También existe un matiz semántico entre ambas
se puede criminalizar una postura o actitud, mientras que sólo se puede
incriminar a personas o entidades concretas. Está claro que criminalizar
puede aplicarse a objetos con el matiz [+ abstracto] mientras que incriminar
es aplicable sólo a entes con el matiz semántico [+ concreto].
David Sánchez
[1] La eliminación de irregularidades y patrones extraños es siempre uno de
los primeros