http://www.publico.es/internacional/188260/croata/declaro/guerra/evo/morales


El croata que declaró la guerra a Evo Morales


Branco Marinkovic representa a las racistas élites cruceñas que ven peligrar 
sus privilegios
 
FEDERICO PEÑA - BUENOS AIRES - 05/01/2009 08:00


Terrateniente, banquero, industrial, político. Branco Marinkovic (1967, Santa 
Cruz de la Sierra, Bolivia), está presente en la vida de la región cruceña 
desde todos sus puntos cardinales. Su familia, de origen croata, recaló en el 
oriente boliviano después de la II Guerra Mundial. Hoy Branco es el rostro 
visible, blanco y exitoso, de la poderosa burguesía local. Reclama autonomía, 
pero se le acusa de secesionista, de querer balcanizar Bolivia desde su 
Departamento más rico. Es el croata en guerra con los indios. Es la némesis del 
presidente Evo Morales.
Pero, ¿quién es Marinkovic? Sus padres, Silvio y Radmila, huyeron de la 
Yugoslavia de Tito tras haber apoyado el régimen nazi en Croacia. "Escaparon 
hace 50 años. Cuando yo era chico, iba a Yugoslavia y allí veía los 
radicalismos del régimen comunista", recuerda Marinkovic. La mera idea del 
socialismo pregonado por Evo Morales se le atraganta. Admira a Estados Unidos, 
donde estudió ingeniería, y desprecia al presidente venezolano, Hugo Chávez.

Marinkovic es el rostro visible, blanco y exitoso de la poderosa burguesía de 
Santa Cruz
Su familia llegó sin nada a Bolivia e hizo las Américas en pocos años. Los 
gobiernos de derecha, sobre todo los militares, les beneficiaron y concedieron 
créditos a fondo perdido, tierras y privilegios sociales a las élites cruceñas. 
Silvio Marinkovic se vinculó a ellos y, en menos de una generación, levantó un 
emporio empresarial. 
Branco es su heredero. Sus propiedades incluyen hoy unas 10.000 hectáreas para 
cada uno de sus cultivos (arroz, soja, girasol y maíz), además de unas 15.000 
cabezas de ganado. Sólo la fábrica de aceite IOL emplea a 400 personas y mueve 
anualmente 100 millones de dólares. A esta lista, Marinkovic le añade la 
propiedad del Banco Económico y unos ingresos anuales de unos 300 millones de 
dólares.
A nadie escapa que Marinkovic es quien tiene el cetro del poder de Santa Cruz. 
Desde el estratégico asiento que ocupa en la presidencia del Comité Cívico pro 
Santa Cruz, sumado a su rol empresarial, su figura ensombrece a la de su 
predecesor, el prefecto (gobernador) Rubén Costas. Si Evo Morales encarna el 
nuevo espíritu indígena que rige en Bolivia y que reclama el fin de siglos de 
explotación, Marinkovic es el gurú que dirige las almas de los cruceños, 
preocupados por mantener sus privilegios históricos. 

El Gobierno le acusa de haberse apropiado ilegalmente de 26.951 hectáreas de 
tierras 
En Los barones del Oriente, el poder en Santa Cruz ayer y hoy, los 
investigadores Ximena Soruco, Wilfredo Plata y Gustavo Madeiros identifican al 
Comité Cívico como "el brazo político fundamental de la élite intelectual", 
sobre el que se asienta la idea de pertenencia a la comunidad cruceña. Una 
identidad que, puesta al servicio del Estatuto de autonomía aprobado en 2008 
por referéndum ilegal según Evo Morales, articula a la sociedad local detrás de 
los intereses de su clase dominante. El objetivo de esta élite es perpetuar sus 
privilegios.
Racismo hacia los indios
Para ello, los intelectuales, que "profesan un racismo visceral antiindio", se 
apropiaron de los símbolos indígenas y blanquearon al camba (indio) para 
convertirlo en el resultado del mestizaje con los criollos. Hoy, muchos 
indígenas cruceños se miran en el espejo y ven a un camba. Insultan al aymara 
(etnia indígena), a sus propias raíces, para reafirmar la identidad 
blancocéntrica. En cambio, Marinkovic representa la visión civilizada, moderna, 
productiva y globalizadora que la élite local presenta de sí misma.
De hecho, el núcleo duro del Estatuto tiene como pilares los capítulos 
dedicados a los recursos naturales. Se trata de un mecanismo para frenar la 
reforma agraria que intenta eliminar el latifundio este objetivo de Morales es 
mera retórica pues llevarlo a la práctica es imposible, al menos de momento y 
controlar los ingresos procedentes del gas, cuyo 80% está concentrado en Tarija 
y Santa Cruz. 
"Claro que es un blindaje contra las reformas", opina la socióloga Claudia 
Peña. Un blindaje contra la nueva Constitución, que será sometida a referéndum 
el 25 de enero, y consagra los derechos indígenas a la tierra, al 
reconocimiento de su lengua y su cultura. También prevé que no puedan existir 
latifundios (no define su extensión) ni tierras improductivas. 
Este es un capítulo que desvela a Marinkovic. Según el viceministerio de 
Tierras, el líder cruceño se ha apropiado ilegalmente de 26.951 hectáreas que 
corresponden a la Tierras Comunitarias de Origen de Guarayos. La misma 
acusación pende sobre otros latifundios, obtenidos de la persecución y 
esclavización de chiquitanos y quechuas. 
Balcanización
"Si el Gobierno no cede, habrá guerra civil. Ellos tienen ahora la palabra", 
clamó Marinkovic este año. Sus amenazas dan bríos a quienes le acusan de estar 
a la cabeza de un ejército en Santa Cruz para balcanizar y dividir el 
territorio boliviano si avanza la Constitución de La Paz. Marinkovic lo niega. 
Pero vuelve a amenazar: "Si nos atacan, lo que yo pienso que no sucederá, 
tendrán que salir escapando de nuestra ciudad. Esto lo garantizo".
Al margen del supuesto ejército, Marinkovic financia y manda sobre la 
denominada Unión Juvenil Cruceñista (UJC). Este grupo parapolicial, que se 
mueve en modernas camionetas 4X4 con la esvástica nazi, se dedica a atacar a 
quienes rechazan el modelo autonómico propuesto por los cívicos. 
En las calles de las zonas más acomodadas de Santa Cruz es común leer pintadas 
que rezan "haga patria, mate un indio". Nadie las quita. Algunas están gastadas 
de viejas. Aquí, ser blanco es un privilegio. Branco es el más blanco de todos.
Los unionistas están detrás. También de los bloqueos de carreteras y de los 
ataques a indígenas. Esta promoción del racismo ha sido denunciada por la 
Federación Internacional de Derechos Humanos, con sede en París. Pero 
Marinkovic, que ha criticado a los ponchos rojos como el supuesto brazo armado 
de Evo Morales, justifica la acción de la UJC. Tras cada enfrentamiento y 
algunos de ellos acabaron con muertos, como el domingo 4 de junio durante la 
jornada de votación del Estatuto Marinkovic ha respondido que la sangre 
derramada ha respondido a una "provocación". 


      

[Non-text portions of this message have been removed]

Responder a