Saludos!


A todos los compañeros y militantes revolucionarios internacionalistas en todos 
los Continentes;
A todos los que está luchando por vivir mejor en cualquier parte del mundo;
A los hermanos de clase combatiendo en el Medio Oriente y el Norte de África;
Al Grupo Comunista Internacionalista;

Distinguidos compañer@s;

La burguesía mundial tiene en carpeta el retorno a la normalidad pautado para 
el próximo lunes 17 de Enero en Túnez, en un intento de continuar como si no 
pasara nada.  El retorno a las actividades cotidianas es una "táctica" 
dilatoria para ganar tiempo y espacio mientras prepara el matadero electoral 
dentro de 90 días.  Si permitimos que la facción burguesa en el poder lleve a 
efecto su plan, a través de la elecciones el capital mundial impondrá la 
facción que mejor su ajuste a los planes generales de la burguesía mundial, 
liquidando la posibilidad de hacer justicia contra los abusos históricos 
cometidos en toda la región.  Hasta el momento, el nivel de las luchas en Túnez 
no ha alcanzado su punto más álgido, aunque permite observar una tendencia al 
auge de las mismas con la intención de imponer el poder revolucionario y desde 
allí llamar al levantamiento de los pueblos de la región y obligar a la 
burguesía a parar la guerra en toda
 en todo el Medio Oriente y África.  Los elementos nuevos que se pueden 
observar, se están produciendo demostraciones fuera de la capital Tunis por 
primera vez desde la salida de Ben Ali el Viernes 14, en las comunidades de 
Gafsa y kef las masas proletarias están despertando.  Aun así, no hemos logrado 
sacar a todos los prisioneros de la cárcel, lo cual requiere de un esfuerzo 
mayor.

"Vivimos" en una sociedad mercantil generalizada que reproducirá el 
agravamiento de las condiciones económicas y sociales de existencia, 
independiente de la facción política que imponga la burguesía como producto de 
la elecciones en agenda.  Todas las protestas que hemos realizado no han 
logrado liquidar los órganos del gobierno heredado de la gestión pasada.  
Aunque hay que señalar que todavía no han podido derrotarnos!  Están tratando 
de canalizarlas por el camino que conduce a la reforma de la sociedad y el 
Estado, que precisamente son los responsables de las condiciones de "vida" 
actuales.  La insurrección proletaria de Abril de 1984 en Santo Domingo, y el 
resto del país, fue derrotada porque la masa proletaria insurrecta no supo 
reconocer su condición de clase revolucionaria, atacando y destruyendo la 
economía nacional y el Estado.  Ese error le costo la vida a cientos de 
militantes y la perdida del momento político oportuno.  Ustedes
 tienen que superar ese error generalizando y poniendo en el centro las 
acciones contra las relaciones capitalistas de producción.  Recuerden, el 
capital mundial crea y reproduce de modo ampliado la opresión, explotación y el 
trabajo asalariado.  Entonces, los militantes debemos ser agentes 
multiplicadores, para usar un término de moda en el discurso burgués,  en las 
comunidades, durante todo el fin de semana, de la tarea de organizar, 
planificar y estructurar una fuerza proletaria para sabotear los planes en la 
agenda de nuestro enemigo histórico:  el capital.

Sabemos que en la región hay países donde la lucha abierta contra el régimen es 
en extremo difícil, entonces tenemos que hacer un trabajo rigurosamente 
clandestino hasta que llegue un poco de ayuda del exterior.  La influencia de 
las gloriosas luchas que en estos momentos están llevando a efecto nuestros 
hermanos de clase en Túnez y Argelia, no podrán ser soportado por los regímenes 
que nos ha impuesto la burguesía mundial en toda la zona.  Ello no significa 
que debemos descalificar a los grupos que, como Las Damas de Blanco en Cuba, 
tienen el coraje de luchar abiertamente contra la opresión y la libertad de los 
presos políticos.  En América Latina la lucha abierta contra el "socialismo" 
todavía está en pañales pues las estructuras que la iniciaron la relegaron a un 
segundo plano, asumiendo la ideología del mal menor.  Se constata una 
no-ruptura teórica con el paradigma heredado de la experiencia de Octubre de 
1917, lo cual ha
 dificultado la unidad del proletariado en torno a sus intereses históricos 
para centralizar sus fuerzas en el nivel internacional en un Centro 
Revolucionario como embrión de la Internacional Comunista.

La solución de la división de las minorías revolucionarias no es una tarea 
fácil, requiere superar el trabajo realizado en torno a las alianzas con los 
Sindicatos y su concepción de la "huelga general".  Aunque es evidente que un 
número importante ya rompió con esa concepción reformista...  De todos modos, 
estamos enfrentado a nuestro enemigo de clase en las calles y allí 
transformaremos la "huelga general" en una acción directa contra la economía 
nacional y el aparato militar.  El llamado que en estos instantes se esta 
haciendo al gobierno para que renuncie y formar uno nuevo abre otro espacio por 
donde tenemos que, lamentablemente, transitar como fuerza revolucionaria.  De 
entrada está descartada cualquier alianza con fracciones del capital que 
también están operando desde las calles, intentando imponer una sociedad 
reformada.  Hay que impulsar a las masas proletarias para derrocar el gobierno 
sin perder de vista donde reside todo el
 poder.

Un primer grupo de proletarios en uniforme se ha sumado a las luchas 
callejeras; aunque no es suficiente para transformar la correlación de fuerzas 
entre las clases desde que se trata de una partícula policial y no de una 
Unidad del Ejército.  Aun así, hemos observado que los tanques de guerra están 
en las calles y custodiados por dos o tres soldados y pueden ser tomados con 
relativa facilidad para enfilar sus cañones contra el edificio que alberga al 
gobierno, en un primer momento.  Es decir, hay que prepararse para conquistar 
las oficinas del Primer Ministro.  Y para ello hay que combinar las acciones de 
una Unidad del Ejército con la generalización de las acciones directas.  El 
gabinete actual está compuesto por un grupo de agentes al servicio del 
terrorismo de Estado, empezando por Muhamed Ghannouchi, la mano derecha de Ben 
Ali.  Reiteramos, se le está otorgando mucho, demasiado tiempo y espacio al 
aparato militar para que entre en acción
 e imponga la forma militar de dictadura...en  última instancia impondrían, a 
partir de la correlación de fuerzas entre las clases, una forma como la de 
Venezuela.  Por eso, hay que tomar los tanques apostados en las calles, 
desarmar los guardias que custodian la casa del gobierno y marchar hacia el 
armamento general de las masas proletarias....

No es verdad lo que plantea Mr. Jendouhi, que "el Ejército de Tunesia es del 
pueblo y para el pueblo".  El Ejército, en todas las sociedades de clase, es un 
aparato de poder y responde a los intereses de clase del capital 
mundial(exceptuando el Ejército Insurreccional) y, desde que el gobierno es 
solo un agente del Estado, pudo ser desplazado sin mayores obstáculos al 
verificarse el ascenso de las movilizaciones y el odio de clase que han estado 
asumiendo las masas proletarias, con la intención de reconciliar las 
contradicciones entre fracciones del capital compitiendo por el control del 
mercado y la gestión del Estado.  Finalmente, queremos señalar y destacar que 
al observar la partida en el tablero del ajedrez entre las facciones burguesas, 
las minorías revolucionarias no existen, solo observamos ciudadanos respetuosos 
de la ley y orden, peones del rey capital.  Oh sorpresa!  Todavía se está 
combatiendo en Tunesia y otras ciudades de la
 región!  Y es que en el terreno de juego se decide el destino de la humanidad.

Abajo el gobierno!
Con un ataque cívico-militar rápido y violento!
Viva la revolución Social!


      
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