Saludos, Por casualidad estaba leyendo otra cosa y topé con esto. Se trata de una reseña de la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, firmada por Edmundo Paz Soldán. Creo que puede resultar interesante en cuanto que abunda sobre temas relacionadas con los puneños hermanos Peralta y aquel foco de indigenismo literario, que la autora del libro se encarga de hilvanar con las vanguardias artísticas del continente y de Europa.
Alex Condori ====================================================== Cynthia Vich. Indigenismo de vanguardia en el Perú: Un estudio sobre el Boletín Titikaka. Lima: Fondo Editorial FUCP, 2000. En su ya clásico libro Una modernidad periférica, Beatriz Sarlo estudió las conexiones existentes en el Buenos Aires de la década del 20 entre movimientos aparentemente tan dispares como el criollismo y la vanguardia; el primer Borges, por ejemplo, intentó fundar la literatura argentina en una suerte de criollismo de vanguardia. Algo similar ocurrió en otros países latinoamericanos en esa década de gran fermento cultural. Los críticos, sin embargo, han persistido en estudiar las tendencias localistas y vanguardistas del período en compartimentos estancos, incluso opuestos entre sí. Cynthia Vich, en su libro Indigenismo de vanguardia en el Perú: un estudio sobre el Boletín Titikaka, evita ese lugar ya común de la crítica y, siguiendo la senda de Sarlo, analiza los múltiples puntos de convergencia que existieron en el Perú entre el indigenismo y la vanguardia. Vich se concentra en el estudio de la revista cultural Boletín Titikaka, publicada entre 1926 y 1930 por los hermanos Arturo y Alejandro Peralta. Uno de los rasgos más notables de esta revista es que era publicada en la ciudad de Puno, en una región aislada, rural y caracterizada por su mayoritaria población indígena. Pese a carecer de universidad y contar con un sólo colegio secundario, en Puno se había formado el grupo Orkopata, que reunía a intelectuales vanguardistas encabezados por los hermanos Peralta. De los dos hermanos, Arturo, conocido como Gamaliel Churata, era el principal agitador intelectual. Se sabe más de la leyenda de Churata que de su obra; no hay muchos estudios sobre su gran obra, El pez de oro (en palabras de Vich, un intento de "elaborar la biblia de la cultura andina de todos los tiempos" [25]), y sus múltiples artículos se hallan diseminados en periódicos bolivianos, donde vivió más de treinta años. Cynthia Vich esclarece su papel fundamental en la definición del marco ideológico del Boletín: su propuesta intentaba reivindicar la cultura andina y a la vez constituirse en una escuela de vanguardia. Se trataba de "asegurar el futuro de la cultura y el hombre andinos" a través de su apertura a la modernidad y de una capacidad de reelaboración creativa de los elementos aportados por ésta" (31). Vich sitúa la aparición del Boletín como parte de un contexto más amplio de crecimiento de la clase media y surgimiento de un nuevo intelectual mestizo en el Perú, que le va ganando espacios en la lucha por la "interpretación simbólica de la nación" al intelectual tradicional, criollo y de cuño oligárquico. Intelectuales como Churata o Mariátegui - que dirigía la revista Amauta esos mismos años- se oponían a la figura de un intelectual oligárquico como Riva-Agüero, y para ello emprendían el rescate de la tradición a partir de una postura moderna. En el caso de Churata y el Boletín Titikaka, se insistió en la dimensión continental del proyecto de renovación nacional: "la militancia vanguardista sólo [era] un recurso utilizado con el fin de exaltar las tradiciones autóctonas, aquello que era único y característico del continente americano" (56) La modernización del campo intelectual y su relativa autonomización del campo político hizo que, en los países andinos, "la cuestión del indio" se situara en el centro del debate cultural del período. En el caso del Boletín Titikaka, su indigenismo militante se puede ver en la serie de propuestas publicadas en la revista que se centran en el indio como símbolo de la nacionalidad peruana. Todas estas propuestas, si bien diferentes entre sí -More, Valcárcel, García- contribuyen a que el Boletín pueda ser leído por Vich como "una de las muchas vehiculizaciones discursivas a través de las cuales se manifiestan muchos de los contenidos simbólicos de la utopía andina" (71). En la conocida formulación de Flores Galindo, la utopía andina es una inversión del mundo en el que la cultura andina se sacude de la opresión y termina por dominar a la cultura occidental. El indigenismo vanguardista utilizó la utopía andina para proponer una visión del Perú muy distinta a la que predominaba a través de los intelectuales conservadores e hispanizantes de la "república aristocrática". De paso, logró cambiar las relaciones entre la capital y las provincias. El intelectual de provincias surgió como un agente importante de producción simbólica, capaz de "dinamiz[ar] el campo cultural" (76). En relación a la parte estética, Cynthia Vich concentra su estudio en la poesía publicada por el Boletín, al considerar que Ésta es la que mejor muestra el intento de fusionar la tradición con la modernidad, lo andino con lo occidental. La poesía de Alejandro Peralta ocupa un lugar central en el Boletín, sobre todo su poemario Ande. En la obra de Peralta, el trabajo de "libertad asociativa" con la metáfora es la clave de su indigenismo de vanguardia. A diferencia de la narrativa indigenista clásica, de tono grave y solemne, la poesía de Peralta utiliza el humor y la ironía, crea un yo poético coloquial, íntimo, y se basa en la metáfora para "integrar los nuevos objetos de la modernidad al retrato de la vida rural andina" (124). Se puede hablar de un gesto "compensatorio" (Lauer) o de una "modernidad simbólica" (Bueno) a la forma en que el vanguardismo peruano y latinoamericano cubría el mundo tradicional de las provincias con "elementos representativos de la modernidad" (Vich 112). En todo caso, lo importante aquí es que el mundo rural no es visto como un lastre capaz de frenar los proyectos de modernización nacional, como sugerían muchos intelectuales capitalinos, sino como un espacio muy receptivo de lo moderno y dispuesto a hacerlo suyo. Vich también estudia la dimensión pedagógica del Boletín Titikaka, y la forma en que éste creó redes de intercambio cultural con revistas de otras provincias y de Lima, de otros países latinoamericanos e incluso de Europa. Su libro es una importante contribución al estudio de las formas en que, en muchos casos, el indigenismo y el vanguardismo, más que oponerse, se complementaron en el Perú de la década del veinte. Como tal, ayuda a entender mejor un período muy estudiado pero generalmente incomprendido por la crítica. Edmundo Paz-Soldán Cornell University _____________________________________________ Lista de discusión Aymara http://aymara.org/lista/lista.php _____________________________________________