Estimado Enrique y demás lectores,

Muchas gracias por ese corta y pega que hace tan fácil seguir tu discurso.

Un tirón de orejas por eso de querer copiar Mercedes y bolsas de ensalada
del Carrefour.

Estamos donde estamos y pagamos por lo que consumimos. Lo triste es que cada
vez tenemos menos claro dónde estaremos en un par de años.

La obra intelectual es un bien material para todos los creadores que comen
de su trabajo intelectual y no lo hacen como asalariados, sino como
autónomos. Es sencillo desvincular la obra intelectual de la cadena de
producción: así nos quedamos más tranquilos; pedimos que el creador ceda
gratis lo que hizo hace dos o tres años, sin tener en cuenta que el tiempo
que no crea (o no es bueno lo que crea, tiene gripe, o no consigue vender lo
que crea) no percibe retribución alguna por parte de las industrias y
canales que hacen de puente entre la obra intelectual y la sociedad de
consumo. Y las bibliotecas forman parte de la sociedad de consumo. No hay
que rasgarse las vestiduras por esta evidencia.

Son los autores (de todo tipo de obras de creación) los que deciden ser
socios de las gestoras de derechos. Hay obras que sus autores dejan libres
de derechos para que las utilice quien lo desee, en las condiciones que el
autor determina. Ahí no hay intermediarios. Se pueden utilizar. ¿Por qué no
son esas las que se quieren utilizar y precisamente son las que están
sujetas a derechos las que más interesan a los usuarios de las bibliotecas?

También son los investigadores (e inventores) los que, además de la
industria, registran las patentes. No es tan diferente un sector de otro,
por mucho que se mitifique la "obra intelectual". ¿Qué es la obra
intelectual?

Aquéllos que quieren organizar actividades utilizando obras sujetas a
derechos de autor, o juegan de acuerdo a las reglas establecidas o se
esperan a que las reglas cambien. Y se agradece el trabajo bien hecho para
conseguir el cambio de leyes obsoletas o que no defienden los intereses de
la sociedad. Será bienvenido un buen proyecto que resuelva este tema, como
lo ha sido el NO al canon, en el que Blanca Calvo (autora del Asfixia 1 y 2)
trabajó con tanto ahínco.

Desde un punto de vista afín al de muchas de las opiniones que circulan por
la lista (y que no tiene por qué ser la mía propia) un contrato con el
ministerio que corresponda sería una buena solución para que muchas obras
pudieran llegar siquiera a gestarse. Esto es, un sueldo de bibliotecario
sería bien recibido por la mayoría de los creadores. Los creadores, a
diferencia de los asalariados, se juegan el tipo en el mercado puro y duro.
Oferta y demanda, esas cosas. ¿Por qué han de dejar de percibir algo que les
corresponde por derecho?
Es una pena que sean los creadores los que tengan que perder, pues son los
que nos dan algo nuevo, los que aportan savia nueva a nuestro crecimiento
intelectual.

Esto es lo que hay que analizar: creadores y usuarios son los peor parados.

Considero que los bibliotecarios forman parte de la cadena de distribución,
al igual que las editoriales, productoras audiovisuales, gestoras de
derechos, agentes de licencias de acceso, librerías... ¿Lo hacen mejor unos
que otros? Creo que no. Creo que todos y cada uno cumplen lo mejor que
pueden y saben el trabajo que les está encomendado.

Sólo me queda aclarar que las preguntas son retóricas, que estoy de acuerdo
con que si es préstamo es gratuito y que creo que el troll agradece la
comida al igual que el ratoncillo.

Un saludo y un buen fin de semana,
Cristina


El 2 de octubre de 2010 16:32, Enrique Cano <erikmyz...@gmail.com> escribió:

> Buenos días.
>
> Ya se sabe que no hay que dar de comer al troll, pero parece que ya ha
> salido de nuevo a la palestra el asunto de obra intelectual = bien material.
>
> Personalmente opino que las creaciones intelectuales no existen como bien
> material y lo que hacemos es asociarles artificialmente unas restricciones
> (licencias, contratos o lo que sea), ya que no las podemos encerrar en un
> armario o sala y prohibir de esta manera su uso.
>
> A mí me convencieron suficientemente los argumentos de Josep Vives en esta
> misma lista en el hilo ¿Préstamo gratuito? ¿Desde cuándo?, de junio de 2007.
>
> Y es que las obras no se gastan, no se consumen por usarlas más veces.
> Tampoco se puede argumentar que un mayor uso implica un mayor trabajo del
> autor. De acuerdo que una reproducción implica unos gastos, pero son
> precisamente los asociados al soporte material, no a una reiteración de la
> creación intelectual.
>
> En la época en que los artistas musicales (autores, intérpretes, músicos,
> etc... los que trabajan) empiezan a obtener sus ingresos más de los
> conciertos (que son un servicio que se presta cada vez, y en lógica
> consecuencia, se cobra cada vez) y menos de los discos y canciones (que son
> un bien reproducible infinitamente, aunque, claro, sólo se hayan creado una
> vez), algo parece que no cuadra.
>
>   Pues tal y como están las cosas, los autores, creadores y artistas no
>> tienen ni para llegar a fin de mes con su trabajo, salvo cuatro
>> privilegiados. Es un mundo poblado de pluriempleo, cuando se encuentra.
>>
>
> Al igual que tantos colectivos, a quienes no se les ocurre imponer tasas
> por el uso de su trabajo.
>
>
>> Lo que contáis como un atraco a las bibliotecas quisieran sufrirlo los que
>> ven su trabajo robado (escritores, músicos, productoras cinematográficas,
>> firmas de moda, prensa diaria, fabricantes de piezas para maquinaria...) y
>> los que también ven cómo los recortes les llegan al haber menos contratos
>> por parte de las administraciones. Pero el tema del pirateo es otro y desde
>> hace años sabemos que las cosas le iban a ir mal al sector de la
>> información, entre otros, mientras no se implanten buenos sistemas para
>> evitar el fraude.
>>
>
> O bien, hasta que deje de considerarse pirateo y fraude lo que tanta gente
> considera un uso normal. El derecho de autor es una convención.
>
>
>>  ¿Qué va a pasar cuando nadie pueda vivir del trabajo de creación salvo
>> los que contraten las administraciones públicas o las televisiones? ¿Nos
>> vamos a quedar sin nuevas músicas? ¿Vamos a prescindir de nuevos autores
>> literarios o de nuevas películas? ¿Van a ser responsables de la creación las
>> bibliotecas o el Ministerio de Cultura? ¿Nos vamos a conformar con la
>> cultura institucionalizada?
>>
>
> El arte es una manifestación espontánea. Aunque nadie pudiera vivir sólo
> del arte, seguiría produciéndose. Claro que la industria ayuda pero ¿no
> institucionaliza la industria el arte que apadrina tanto como las
> instituciones públicas? ¿Es que es más arte el arte encargado por la
> industria que el arte encargado por las instituciones?
>
>
>> Poco fomento de la cultura contemporánea se podrá hacer cuando no haya
>> nada que fomentar.
>>
>> El problema es mucho más profundo que lo que trasluce vuestra asfixia. El
>> insulto a las empresas privadas queda fuera de lugar. Por supuesto no me voy
>> a extender en ese tema pues se desacredita quien escribe sin saber. ¿También
>> lanzas esos insultos al Corte Inglés, a Mercadona, a la Seat...?
>>
>
> Si te compras ropa, comida o coches, estás comprando bienes tangibles, no
> intelectuales. Huelga insistir: no son lo mismo.
>
>
>> La biblioteca pública, hoy por hoy, en España, demuestra su incapacidad
>> para ser plataforma de cultura. Las razones no las sé, aunque algunas las
>> puedo intuir. Seguro que todos tienen la culpa menos los responsables de su
>> gestión. Por ejemplo, cualquier librería está haciendo más trabajo que las
>> bibliotecas públicas para difundir lo que los nuevos autores publican.
>> Tienen webs, blogs, espacios en facebook etc..., donde aportan información
>> de novedades pertinentes, enlaces, críticas, agrupan a los lectores dándoles
>> espacio para sus blogs... Y no tengo una librería, de verdad. Además, hoy ya
>> no es un buen negocio (áquel del que puede vivir una familia, trabajando
>> todos sus miembros un mínimo de 10 horas diarias), salvo para las grandes
>> superficies. No voy a entrar en el sector audiovisual que hace aguas por
>> todas partes.
>>
>
> A mí también me encanta comparar las bibliotecas con las librerías. Me
> parece que las librerías (hay que decir que en un lógico intento de lucro)
> realmente hacen muchas cosas que las bibliotecas podrían hacer... Pero no me
> parece que tengan parangón en lo de difundir la cultura. Las librerías no
> difunden a los autores nuevos porque sean autores nuevos, sino porque es lo
> que tiene tirón comercial.
>
>
>> Estoy francamente sorprendida (además de enfadada) al ver que varios años
>> después de haber dejado de trabajar en el sector, la ñoñería siga siendo la
>> misma.
>>
>> Las bibliotecas especializadas llevan muchas décadas firmando contratos
>> paraguas (o licencias, como han preferido denominarlas) para dar acceso a
>> sus usuarios a lo que sus usuarios demandaban. Y las licencias se pagan. Y
>> los precios se negocian. Y para negociar hay que haber preparado el
>> proyecto. No es nuevo: si no hay industria, ¿de qué va a vivir el estado?,
>> ¿del turismo a las bibliotecas?
>>
>
> Hay otras industrias que se van al traste... la construcción no anda en sus
> mejores momentos, tampoco los automóviles ¿algo anda ahora en sus mejores
> momentos?
>
> La "industria" de la cultura se basa en que los autores vendan sus derechos
> de explotación a empresas que pueden explotarlos mejor que ellos, así ambos
> ganan. La cuestión es que las empresas ya no los pueden explotar mejor
> porque los usuarios se saltan todas las protecciones existentes.
>
> PERO, ¿por qué se las saltan? ... Pues porque pueden.
>
> Y, ¿por qué pueden? Porque una canción no es un coche. Porque no es lo
> mismo la propiedad intelectual que la material.
>
> Pero tampoco es para rasgarse las vestiduras, ni para ñoñerías. Otras
> industrias aguantan estoicamente su declive imparable víctimas de la
> tecnología. Ya nadie compra cintas VHS, ni carretes fotográficos, ni
> bombillas incandescentes...
>
> Puede que la industria cultural esté en peligro. En cambio no creo que la
> cultura corra peligro alguno. Personalmente opino que cultura no es igual a
> industria cultural o, más exactamente: la cultura es condición para la
> industria, pero no al revés.
>
>
>> La cuestión no pasa por insultar a nadie ni por rasgarse las vestiduras en
>> iwetel, sino por hacer números y pensar: me cuesta tanto proyectar tantas
>> películas; tengo tantos espectadores; puedo cobrar tanto..., ¿no
>> hago competencia desleal a las salas de proyección?, ¿podría llegar a un
>> acuerdo con ellas y organizar actividades conjuntas?... ¿Lo puedo hacer? ¿Es
>> un objetivo en sí mismo?, ¿qué resultados quiero alcanzar?, ¿si vienen al
>> cine de verano, vendrán después a leer, a consultar obras de referencia, a
>> preguntarme cómo localizar libros en Google?...
>>
>> Creo que voy a pedir al Ministerio que me financie una Biblioteca Pública
>> para poner películas, hacer conciertos, hacer presentaciones de libros,
>> pasarela de moda, museo con sus instalaciones y alguna que otra performance,
>> y no cobrar nada a nadie. Además, voy a pedir bonos de comida al Corte
>> Inglés y un BMW por la cara. Eso sí, pegaré unos carteles en los que los
>> logotipos de las empresas que no van a cobrar nada por sus servicios y
>> productos aparezcan bien impresos.
>>
>
> ¿Alguien tiene una copiadora de coches? ¿Se puede narrar una sopa? ¿Cada
> vez que alguien lea este correo puedo cobrar por ello?
>
> Saludos.
>
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Un cordial saludo,

Cristina de la Peña
crispen...@gmail.com


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