Estimada Carolina: como autora y socia de Cedro y como bibliotecaria que 
también soy, disiento de tu exposición sobre que los autores crean que dejan de 
cobrar cada vez que un lector saca su obra de la biblioteca y no la compra, 
todo lo contrario los autores lo primero que queremos es que se nos lea, no que 
se nos compre. De hecho la mayoría de los escritores viven de otra profesión o 
por lo menos simultanean dos profesiones para poder vivir. Estoy totalmente de 
acuerdo con el mensaje  del colega Raúl Hernández que lo explica mejor que yo 
En cuanto a lo de las subvenciones éstas las suelen pedir las editoriales no 
los autores e incluso a algunos autores se nos exije que vengamos avalados por 
algún tipo de subvención para publicarnos. 
Paz

--- El sáb, 2/10/10, Carolina Martín <carolinamartincarret...@gmail.com> 
escribió:

De: Carolina Martín <carolinamartincarret...@gmail.com>
Asunto: Re: [IWETEL] Asfixia 2
Para:
 "paz sanz" <pazsan...@yahoo.es>
CC: "Iwetel" <iwetel@listserv.rediris.es>
Fecha: sábado, 2 de octubre, 2010 10:39

Estimada Paz, veo que puedes tener razón y me gustaría comentar tu mensaje.
 
Efectivamente los autores sólo reciben un 10 por ciento de las obras que se 
publican, pero se dan de alta en las Entidades Gestoras de Derechos de Autor 
por voluntad propia, y éstas se supone que velan por los derechos de dichos 
autores.

 
Todo lo recaudado aparte de los derechos por venta, lo recaudan por derechos de 
explotación de sus obras en todas sus vertientes legales, y se vuelve a suponer 
que debe revertir en los autores de las obras y otros agentes que intervienen 
en los procesos de producción de las obras, editoras, productores, etc.

 
¿Realmente es así? porque entonces el autor recibe más de un 10 % de la obra, y 
los autores participan de lleno en todo lo que estamos hablando.
 
Otra cosa es que autores hay muchos y de mucha condición, tenemos al gran autor 
que vende un disparate de libros, y aquel que vende uno, de "allá pa cuando", 
pero se supone que deben cobrar, por ejemplo, por el perjuicio que en su 
negocio, supone el préstamo en bibliotecas, por ejemplo.

 
Centrémonos bien, "su negocio", ellos cobran por lo que creen que dejan de 
vender si se presta su libro en las bibliotecas.
 
Pareciera que estamos todos haciendonos ricos, con el trabajo de los demás.
 
¿Realmente la cultura puede y debe tener un "comportamiento en los mercados"?
 
O es que aprovechamos subvenciones del Ministerio de Cultura, para cine y 
literatura, en un plan totalmente mercantilista, ¿cuántas películas están 
subvencionadas, y ni siquiera tienen la más mínima incidencia cultural?

 
En fin, como diría el experto: vuestro turno
 
Saludos Carolina
 


 
El 2 de octubre de 2010 01:56, paz sanz <pazsan...@yahoo.es> escribió:






Estimada Carolina: sólo una puntualización a tu mensaje, no son los autores los 
que quieren exprimir económicamente su obra sino los intermediarios 
(productores, editores, "sgaes" y todos los parásitos que viven de las 
creaciones de los autores, es decir de los verdaderos creativos) los autores 
recíben sólo un 10 por ciento de las obras que publican.

Lo realmente escandoloso es que esos intermediarios no entienden el  concepto 
de biblioteca pública como plataforma difundosioria de la cultura. Ganarían 
mucho más haciéndose ver y oír gratuítamente en las bibliotecas públicas que en 
inversiones publicitarias 

Paz 


--- El vie, 1/10/10, Carolina Martín <carolinamartincarret...@gmail.com> 
escribió:


De: Carolina Martín <carolinamartincarret...@gmail.com>

Asunto: Re: [IWETEL] Asfixia 2
Para: IWETEL@LISTSERV.REDIRIS.ES
Fecha: viernes, 1 de octubre, 2010 22:56 






Estimada Blanca, la verdad es que no deja de ser terrible, para los que nos 
dedicamos al fomento de la lectura y cultura que ocurran estas cosas.
 
No nos podemos olvidar que para la mayoría de los autores es su trabajo y lo 
quiere explotar económicamente todo lo que puedan y más. Y si pueden cobrar 
diez veces en lugar de una, mejor. Para ello se montan empresas y productoras 
para vivir de ellas y han encontrado un filón, con los derechos de autor para 
ahogarnos en su fomento.

 
La pena es que no aprendemos, y no sabemos volver la tortilla. Porque la 
productora debiera pagar por la publicidad que se le hace, y los autores pagar 
por la difusión de sus obras que se hacen en bibliotecas sobre todo públicas.

 
Éstas empresas venden, venden y venden y quieren vivir de ello, y les da lo 
mismo que sean películas, que libros, que tomates, lo que quieren es ganar 
mucho dinero, y cuanto más fácil sea ganarlo mejor y cuando menos tengan que 
invertir mejor aún.

 
A ellos la cultura plim, sólo es algo que vender aunque no aporte nada.
 
Solicito un replanteamiento de a lo que llamamos cultura... hala a pensar todo 
el mundo ;-)
 
Saludos Carolina

El 1 de octubre de 2010 13:46, Blanca Calvo <bca...@jccm.es> escribió:




Este mensaje es, de alguna manera, continuación de otro que mandé con el título 
“Asfixia”, que conviene haber leído para entrar en el asfixiante contexto. Si 
estáis interesados en recuperarlo y no lo conseguís de otra forma, os lo puedo 
mandar. Trata del abuso de las empresas que representan supuestos derechos de 
propiedad intelectual. En él os contaba cómo una empresa que representa a 
varias productoras de cine dio un toque a esta Biblioteca hace unas semanas por 
haber programado un ciclo de cine de verano incluyendo películas producidas por 
varias de “sus” productoras.

 
Pues bien, la susodicha empresa se ha vuelto a poner en contacto con nosotros. 
Nos mandan una propuesta de “contrato paraguas” que nos aconsejan suscribir 
porque eso nos permitiría proyectar sus películas de una forma más baratita que 
si pagamos a tocateja por cada película. Y, de paso, con unas formas educadas y 
tal, desliza varios mensajes duros como el pedernal. Por ejemplo, que el 
propietario del establecimiento es siempre el responsable de las exhibiciones 
públicas que en él se realizan, independientemente de que la película sea o no 
de su propiedad; que si se proyecta sin haber pagado, el responsable incurre en 
una serie de responsabilidades: multas de hasta 216.364 €, inhabilitación 
especial de hasta 5 años, penas de hasta 4 años de cárcel… o todas ellas 
sumadas. Y añaden que el hecho de pagarles a ellos no excluye que tengamos que 
pagar a la
 sgae. Como veis, una cadena de pago sin fin. Y eso dentro de un contexto de, 
en el mejor de los casos, congelación de los presupuestos culturales, cuando no 
de rebaja.

Pero, independientemente de la sangría económica que suponen para los 
establecimientos públicos estas exigencias de empresas privadas, creo que 
debemos reivindicar por principio el uso público y sin ánimo de lucro de los 
materiales que compran las bibliotecas y por los que, al comprarlos, ya se ha 
pagado el correspondiente porcentaje de derecho de autor. Si nos ponemos todos 
de acuerdo para no suscribir ese tipo de contratos paraguas y demás exigencias 
desmesuradas, no nos van a poder meter a todos en la cárcel. Unidos sí podemos.

Blanca Calvo  
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Los archivos de IWETEL  pueden ser consultados en: 

                http://listserv.rediris.es/archives/iwetel.html
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